14.

95 17 2
                                    

Narrador omnisciente

"Yuu-san."

"Yuu-san."

—¡Yuu-san!

El grito de mi mejor amiga me sacó del trance en el que me encontraba. Parpadeé un par de veces y suspiré con pesadez antes de darle una mordida a mi hamburguesa.

—¿Estás nervioso por Mikaela-san? —preguntó Yoichi con una leve sonrisa mientras me miraba.

Asentí, un tanto avergonzado. Mi mente no dejaba de divagar pensando en Mika desde el comienzo del día. Sé que es muy inteligente y que memoriza cosas con facilidad, algo que le envidio profundamente. Pero no puedo evitar sentirme ansioso por su examen; su calificación es crucial para que el plan de mantener las apariencias siga en pie. Le di una mordida llena de frustración a la hamburguesa, sabiendo que no tiene la culpa de mis problemas, pero es lo único que tengo a la mano.

Cuando llegamos a la escuela, me dijo que no me preocupara, que estaba seguro y confiado de que pasaría el examen. ¡Pero no puedo evitar carcomerme la cabeza con el asunto!

—Él estará bien, va a pasar ese examen y lo sabes.—dijo Mitsuba.

Tenía razón, debo mantenerme sereno para no caer en la locura.

—Hola.

Escuché la voz de Mika detrás de mí y di un respingo por el susto.

—Llegas tarde.

Me giré para verlo y lo abracé, invitándolo a sentarse con nosotros.

—¿Cómo te fue? —pregunté, intentando disimular los nervios que me carcomían.

—Me fue bien, sabía casi todo.

—¡¿Cómo que casi todo?! —dije exaltado.

—Solo fueron unas cuantas preguntas. No tienes por qué preocuparte, pasaré ese dichoso examen.—dijo con confianza.

No es que no confíe en Mika, pero cuando yo digo eso, usualmente termino reprobando el examen o sacando una calificación baja. Suspiré nuevamente, derrotado por la situación. Es mejor que deje el tema de lado porque mi corazón no aguantará más drama.

—Mañana deben darte los resultados de tu examen.—dijo Kimizuki.

—Lo sé, dijeron que me llamarían para darme información sobre el examen. —Mika me miró, su expresión relajada pero sus mejillas ligeramente rojas, ¿estaba avergonzado?—. Les di tu teléfono, yo no tengo uno y como te lo sabes de memoria por emergencia, no pensé en otra alternativa. Así que posiblemente veas mis resultados antes que yo.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa.

—Yuu, ¿no quieres algo dulce? Te ves muy pálido —Mitsuba me ofreció un poco del chocolate que estaba comiendo, usando un tono sarcástico.

—¿Mika te mordió o algo así? Ya tienes hasta su tono de piel.—se burló Shinoa, mientras Kimizuki y Mitsuba reían. Los únicos que estaban serios eran Mika y Yoichi, algo que agradecí con una mirada.

El bullying hacia Yuichiro nunca acabará.

—¡Estoy bien! —dije con un leve puchero. Mika, al percatarse, me sostuvo la mano y me sonrió.

—Deja de preocuparte, todo saldrá bien.

Asentí para concluir de una vez con el tema.

[...]

—¿Por qué te gusta venir aquí?

Estábamos en un parque que Mika había descubierto hace unos días al tomar un atajo hacia la biblioteca.

—No sé, es tranquilo y todo está lleno de vida. Es tan alegre. Me gusta —sonrió.

No pude evitar sonrojarme al notar su semblante sereno con una leve sonrisa adornando su pálido rostro. Usualmente tiene una expresión seria, pero cuando sonríe, se ve muy lindo.

Agité mi cabeza varias veces debido a mi pensamiento, ganándome una mirada de extrañeza de Mika, a lo que respondí que no era nada importante.

Me calmé, diciéndome a mí mismo que no está mal admirar la belleza de otra persona. Desde que llegó, no he podido dejar de admirar su atractivo. Mikaela es realmente hermoso, con facciones delicadas y perfectas, como si hubiese sido hecho por los mismos dioses.

¡Y ni hablar de su cuerpo! Tiene el abdomen marcado debido a los entrenamientos que tuvo en su mundo, y sus brazos son fuertes por los músculos que posee. Pude apreciar su cuerpo el día que lo ayudé a limpiarse tras ser lastimado.

Me di una bofetada mental por los pensamientos que estaba teniendo. Mi mirada se dirigió a Mika, quien observaba el lugar con fascinación. Había un brillo en sus ojos que era adorable, como ver a un niño pequeño descubriendo el mundo por primera vez, lo cual, de cierta manera, era cierto.

Mika siendo adorable y yo teniendo esos pensamientos impuros, me debo dar vergüenza a mí mismo. Seguramente estoy rojo como un tomate en estos momentos.

—Yuu.

—¿Sucede algo?

—No es nada relevante, o tal vez sí. —Sus ojos color zafiro se posaron en mí—. Solo quería agradecerte por todo lo que has hecho por mí, por defenderme y ayudarme. Sin ti, es muy probable que estuviera sin rumbo y tal vez a unos pasos de la muerte. Pero fuiste ese rayo de esperanza que tanto necesitaba. No dudaste ni un minuto en ayudarme cuando llegué a este mundo. Aprecio todo lo que has hecho por mí, gracias por todo.

Aquella sonrisa que me regaló era la más hermosa y sincera que alguien me haya dado. Mi corazón se conmovió tanto que no pude evitar abrazarlo, y él correspondió mientras acariciaba mis hebras azabache con gentileza. Debo estar más rojo que nunca, pero en este momento no me importa.

—¿Puedo llamarte Yuu-chan? —dijo mientras se apartaba de mí—. Leí que esa palabra significa que son personas cercanas y considero que lo somos. Espero no equivocarme.

—Claro que sí, Mika —sonreí—. Somos cercanos, puedes llamarme así.

Aunque apenas nos conocemos desde hace dos semanas, siento que lo conozco de toda la vida. Es un sentimiento raro, pero no me molesta en lo absoluto.

Dimensiones || MikaYuuWhere stories live. Discover now