20.

73 15 3
                                    

Narrador omnisciente

El plan era bastante sencillo.
Consistía en utilizar el espejo para llegar a Sanguinem, Crowley los guiaría por el castillo hasta llegar a los calabozos en donde probablemente la familia real esté ahí, los libertarian y con la misma los traerían de regreso al mundo humano para poder armar un plan si es que realmente deseas recuperar su puesto.

—Creo que ustedes deberían quedarse aquí.—Opinó Guren.—Es peligroso ir ahí.

—No, quiero rescatar a Mika y ver que esté bien.

—Pero Yuu...

—Puedes ir, pero tendrás que obedecernos en todo momento, ¿entendiste?.—Intervino el

—Acepto.

Los demás decidieron quedarse, así que solo irían Crowley, Guren, Shinya y Yuichiro.

Los demás decidieron no ir por miedo a lo que pudiera haber o ocurrir estando en el otro lado. Sabían la gravedad del problema y lo que menos deseaban era ser un estorbo y complicar aún más las cosas.

—Preparen todo por si alguien sale herido.—Ordenó el vampiro.

—Por favor, cuidense.—Dijo Shinoa.

Tan solo Yuichiro tuvo que decir: “Mi lazo inicia aquí así que al otro mundo quiero ir” para que automáticamente todos fueran absorbidos por el espejo y ser transportados.

Para su sorpresa terminaron apareciendo con dos chicos vampiros quienes estaban en el suelo, completamente llenos de sangre y sin partes de su cuerpo que parecían estar recreándose.

El de ojos verdes los reconoció rápidamente, eran los amigos del rubio.

El más joven giro la cabeza hacia otro lado por la cruda imagen que estaban viendo, los demás casi ni se inmutaron, Yuu tenía tanto miedo que su Mika estuviera en esas condiciones o incluso peor.

—Lacus, René.—Habló el pelirrojo y se acercó a los dos chicos con algo de preocupación.—Esto lo hizo Ferid, ¿verdad?

—S-sí.

—Es mejor que terminen de regenerarse, creo que Lacus no tiene su lengua y tiene sentido, yo igual se la quitaría.

El nombrado hizo un gesto obsceno con su mano que justamente acababa de ser regenerada.

Una vez que los dos vampiros tuvieran todas sus piezas completas, comenzaron a hablar.

—Ferid nos tendió una trampa, no pudimos hacer mucho nosostros dos para ayudar al príncipe como pudiste darte cuenta, y él estaba en un estado similar la última vez que lo vimos.

Yuichiro sentio una presión fuerte sobre su pecho y unas profundas ganas de llorar, cosas que Shinya noto y abrazo a su hijo por la espalda.

—Díganme que su cuerpo sí se estaba regenerando.

El tono que uso Yuu era casi de suplica pero los dos vampiros solo se limitaron a bajar la cabeza mientras negaban, con cierta pena sobre ellos.

—Vamos.—Ordenó Crowley.—No hay tiempo.

Optaron por tomar los pasadizos para llegar rápido al calabozo del castillo donde curiosamente estaban la familia real en pésimas condiciones.

La reina estaba en encadenada a mientras arriba de ella había un portal-espejo que reflejaba rayos del sol haciendo que sea cruelmente quemada puesto que no portaba el amuleto especial.

Al otro lado de la sala, estaba Mikaela tirado en el suelo con un charco enorme de sangre.

Antes de que el mas joven pudiera hacer algo, fue sostenido por Guren quien como al igual que todos sentían que estaba siendo extrañamente fácil que les dio mala espina.

Crowley, Guren y Shinya comenzaron a investigar la zone mientras que los otros intentaban rescatar a la reina y al príncipe.

Yuu cargó a Mika entre sus brazos, tratando de aguantarse las ganas tan fuertes de llorar que le invadieron al ver a su amado en ese estado. Estaba más pálido de lo usual, no tenía ninguno de sus brazos al igual que tenía un gran hueco en su estómago.

De la nada escucho golpes y sonidos de armas en algún lado de la sala.

—Esto es malo, no hemos podido liberar a la reina.—Dijo René.

—¡Corran!

Se escuchó la voz de Guren a lo lejos. Así que con Mika en sus brazos volvieron a su escondite lo las rápido que pudieron.

Ferid lo estaba atacando junto con otros vampiros, a pesar de la agilidad de los dos cazadores y Crowley se les estaba complicado mas de lo debido.

—¡Alguno de ustedes saquen el espejo de mi bolsillo, hay que volver al mundo humano!

Lacus buscó el espejo y pronunció aquellas palabras conocidas para ser absorbidos por el espejo.

Por suerte los seis fueron teletransportados. Una vez a salvo Yuu colocó nuevamente a Mika con cuidado en el suelo en donde posteriormente se había colocado una colcha.

—Necesita sangre. ¡Ahora!—Ordenó Crowley.

—¡No! N-no, él no quiere convertirse en un vampiro.

—Pero no hay otra opción, es eso o dejarlo morir.

Por un momento, el azabache entró en un dilema. Salvar a su Mika pero yendo en contra de lo que él quiere o salvarlo y arriesgarse a que este lo odie.

—Quiero quedarme un momento a solas con él.—Ordenó.

Todos en el lugar dudaron de la petición del chico, pero tampoco perdían nada en probar el plan que había en su mente.



Dimensiones || MikaYuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora