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Narrador omnisciente

—Tal vez ya no estés acostumbrado a las leyes humanas, Krul —dijo el hombre mientras revolvía su café, con semblante serio y evitando intimidarse por las dos nuevas presencias en su hogar—. Es ilegal entrar en propiedad privada.

—Me importa un demonio, Urd. Esto es importante —respondió Krul, inquieta al verlo de nuevo. Aunque había perdido sus sentimientos humanos, sabía que si aún estuviera viva, su corazón palpitaría al tenerlo enfrente—. Es sobre Mikaela.

El pelirubio se giró para verla, sorprendido. Inmediatamente dejó de revolver su café.

—¿Qué sucedió con él?

Krul dudó unos segundos antes de revelar la verdad.

—Es Ferid... en estos momentos deben estar peleando. Es una larga historia, pero no hay mucho tiempo. Necesito tu portal para volver a Sanguinem.

—¿Otra vez la vida de mi hijo está en peligro por ese demente? —recriminó Urd, con furia y decepción reflejadas en sus ojos color ámbar—. ¿Cómo dejaste que eso sucediera? ¿Cómo permitiste que él se acercara de nuevo a mi hijo? Sabía que era una mala idea dejar que lo vieras desde el principio.

La pelirrosa suspiró con pesar, consciente de que las palabras de Urd eran ciertas. Cuando descubrió que su querido hijo había renacido como humano, no pudo evitar querer verlo. A pesar de la amarga decepción de saber que su ex-amor había tenido un hijo con otra persona, se acercó al pequeño Mikaela. Urd se opuso inicialmente, advirtiendo que solo traería problemas, pero Krul insistió. Esto llevó a que la humanidad del rubio se desvaneciera.

La madre de Mika en esta vida falleció joven a causa del cáncer, dejando a Urd emocionalmente devastado. Pensó que si Krul se involucraba, las cosas serían más fáciles. Al principio, todo iba bien; acordaron decirle al pequeño que ella era su madre para evitar que se deprimiera, viajando entre el mundo vampiro y el humano. Pero cuando Mika cumplió doce años, la pesadilla comenzó.

Jugando con sus amigos René y Lacus, Mika se separó de ellos. Ferid aprovechó para atormentarlo, dándole pequeños golpes, tirones de cabello, y finalmente clavando sus colmillos en su piel. El pequeño lloraba mientras Ferid se divertía, incrementando su fuerza hasta estrellarlo contra paredes y el suelo, quebrando sus huesos y causándole múltiples contusiones.

Ferid se fue, saciando su aburrimiento. René y Lacus encontraron el cuerpo de Mika por el olor de su sangre. Krul, sin otra opción, mordió al niño para convertirlo en uno de ellos, repitiendo el mismo error de su vida anterior y transformándolo en el monstruo que tanto detestaba.

El incidente provocó una gran pelea entre Krul y Urd. Ella se sentía terrible por haber arruinado la vida de ambos con sus caprichos, y decidió remediar su error. Acordaron que Urd estaría fuera de la vida de Mika para protegerlo de los cazadores de vampiros.

Debido a los golpes en la cabeza, Mikaela perdió muchos recuerdos de su vida humana y de su progenitor, facilitando que Krul le mintiera y omitiera información sobre los humanos y su padre. Sin embargo, al final, falló en su misión.

—Sé que volví a fallar —dijo Krul—. Soy de lo peor, ya lo sé. Esta vez te prometo que verás a Mikaela y podrás estar con él. Renunciaré a él para no hacerle más daño —sus ojos picaban, queriendo llorar—. Ya es un vampiro completo y se ha reunido con Yuichiro. Vivirá en el mundo humano permanentemente —sus mejillas se llenaron de lágrimas—. Hablaré con Guren y Shinya para que ningún cazador atente contra su vida. No me entrometeré más con ustedes.

Urd desapareció brevemente de la habitación, dejando a Krul sollozando. Crowley había dejado el lugar al sentir la tensión entre ellos. Regresó con un espejo-portal plateado adornado con rubíes.

—Salva a mi hijo, por favor —suplicó Urd. La tensión disminuyó, dejando una sensación de nostalgia en el ambiente. Sus miradas se conectaron brevemente, ofreciéndose ánimo mutuamente. Urd sabía que Krul no era mala; era angelical y amable, protegiendo a los que amaba, aunque en esta vida solo parecía una molestia. Sus emociones eran indescifrables—. Date prisa.

Krul asintió con una leve sonrisa, limpiando sus lágrimas. Salió de la casa a toda prisa, acompañada del pelirrojo. Al llegar con los demás, se llevaron una gran sorpresa.

Yuichiro estaba encima de Guren, siendo sostenido por los demás para evitar que lo agrediera. Sus ojos eran carmesí y sobresalían cuernos de su cabeza.

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⏰ Last updated: 4 days ago ⏰

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Dimensiones || MikaYuuWhere stories live. Discover now