❝Cuando el amor renace de las cenizas, el corazón se llena de esperanza y temor.❞
Shim Yerin se ve en apuros luego de que su verdadero amor vuelve a la vida, su único deseo era quedarse a su lado, sin embargo, tenían que descubrir el como llegó hast...
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Frente a frente con aquella señora, se miraban sin decir alguna palabra, Soobin parecía nervioso pasando sus manos sobre sus piernas al mismo tiempo que Yerin hacia diversos gestos involuntarios. La señora miró una vez más a ambos chicos pensando en si debía comenzar con la plática.
—¡Es usted! —exclamó al recordar dónde la había visto antes. La señora Yang se hizo la sorprendida, claramente sabía a que se refería—. Usted es la señora que estaba la noche que Yerin y yo deseamos vernos una vez más. Podía verme ¿cierto? ¿Usted hizo esto?
—Podríamos decir que es un favor que hice para ti, es un regalo de alguna deidad Coreana, yo solo pedí el permiso. Solo debes disfrutar mientras dure por que el tiempo que estarás aquí es incierto, tal vez sea una segunda oportunidad o probablemente debas esperar a que el motivo de tu llegada sea cumplido. Es todo lo que puedo decir.
Yerin escuchó cada palabra sin entender muy bien que sucedía, no entendía la parte en la que Soobin la había visto y que todo eso era un regalo. No quedaron convencidos del todo pero se retiraron con una reverencia en agradecimiento por una segunda oportunidad.
Caminaron juntos pasando cerca por un puesto callejero de brochetas, hacía mucho que Soobin no probaba algo así, su cara de antojo lo delató así que ella se ofreció a invitarle.
—Pide lo que desees, yo lo pagaré para ti.
Alegre aceptó y pidió lo primero que se le antojó, estaba feliz de poder comer una vez más, la comida era otra de las cosas que tanto amaba después de su familia y de Yerin, sentado a lado de la menor en las sillas frente a la barra disfrutaba de sus alimentos con mucho entusiasmo. La joven también pidió lo suyo y se encargó de acompañar a Soobin mientras comían.
Taehyun, el hermanastro menor de Yerin, pasó cerca de aquel local logrando captar unas siluetas conocidas, se trataba de ellos dos, se sorprendió al ver que era Choi Soobin, se había dado cuenta que lo que su hermana había dicho antes era real, podía ver al azabache y además, él estaba vivo, de ninguna manera comprendía como eso podía suceder, estaba decidido a investigarlo, tal vez sería una buena forma para acabar con aquella familia nueva.
Por otra parte los dos chicos siguieron comiendo contentos de poder compartir tiempo juntos, se dedicaron un par de miradas acompañadas de sonrisas mutuas, podía notar el entusiasmo de Soobin al comer, así que tuvo una excelente idea para que acompañara su almuerzo.
—¿Por qué no tomas un poco de soju? —cuestionó esperando su respuesta.
—¿Qué? ¿Estás loca? Soy demasiado joven para probar una bebida alcohólica.
—Choi Soobin, tienes veintiún años ahora. ¿No lo recuerdas? Eres un adulto. —Le recordó siendo demasiado obvia—. Anda, solo es un trago.
Soobin lo pensó durante varios segundos por lo que la castaña lo pidió sin esperar más, tomó un poco para ella y le entregó un poco a Soobin para que lo probara, soltó una corta risa al ver la reacción de Soobin, su rostro se había arrugado por completo y tuvo una extraña sensación al tomarlo.
