Capítulo 16

68 8 0
                                    

Una ligera caminata después de llevar acabo su rutina fue una buena idea, se sentía cómodo con la brisa del aire y el día gris, se veía que pronto llovería así que se preparó llevando un paraguas por si acaso, tenía un destino y era el lugar de tr...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Una ligera caminata después de llevar acabo su rutina fue una buena idea, se sentía cómodo con la brisa del aire y el día gris, se veía que pronto llovería así que se preparó llevando un paraguas por si acaso, tenía un destino y era el lugar de trabajo de la señora Yang. Recordó que ella lo atendería cuando lo pidiera y que estaría para ayudarlo, está vez necesitaba ayuda, le tomaría la palabra.

Llegó en un abrir y cerrar de ojos, dio suaves toques en la puerta recibiendo un «adelante» del otro lado, entró siendo amable y cuidadoso, se inclinó por cortesía y tomó su lugar en la almohada. La señora mayor le dio una mirada por encima de sus lentes, notó que era él dejando salir una sonrisa, le agradaba tenerlo como compañía.

—¿Qué te trae nuevamente por aquí muchachito? —Cuestionó poniendo su atención en él mientras servía un poco de café para dos personas.

—Nada grave, solo ayuda. Más bien, creo que tengo un problema. Por cierto le traje frutas.

Dejó la canasta a un lado recibiendo la taza que amablemente le ofrecía, la señora amigablemente se sentó frente a él dispuesta a escuchar, dio un sorbo al café y lo miró fijamente, parecía nervioso, pasaba sus manos por sus piernas como si secara el sudor de ellas, no había motivo para que hubiera sudor en él, podía ser miedo o nervios por saber si sus pensamientos eran ciertos, lograba asustarse fácilmente.

—Hace poco empecé a tener una clase de pulsación en el pecho y cabeza, es un dolor terrible que cada vez que me da es más fuerte, en esta semana han sido varias veces y, por más extraño que suene, así como llega se va, solo dura unos cuantos minutos o segundos. Y lo peor es que se vuelven constantes.

Yang lo tomó con calma, no quería alertar ni asustarlo más de lo que se veía, estaba entre decirle la verdad o engañarlo para no herirlo, ya se había encariñado que dudaba en saber que era lo correcto para él. Tardó un poco pensando y comenzó a hablar poniendo a Soobin atento a sus palabras.

—No sé lo que es, sólo puedo darte una recomendación… encuentra tu motivo.

Eso asustó a Soobin, a pesar de no haber escuchado toda la verdad de parte de la señora Yang sus especulaciones lo habían llevado a pensar más allá de ese mensaje, creyó en que sus ideas eran ciertas, podía significar que su tiempo se agotaba, que debía encontrar su motivo para volver y no quería imaginar que pasaría si no lo hacía a tiempo. Él no sabía todo, quizá podía escoger entre irse y quedarse, todo estaba en manos del futuro.

La mujer mayor se levantó en busca de algunas cosas en su cajón más cercano, revoloteo hasta encontrar unas cajas de pastillas que entregaría a Soobin, servirían de ayuda.

—Con esto podrás soportar los dolores temporalmente y quizá te dé más días para buscar tu propósito, no es seguro pero debes estar alerta.

—Muchas gracias.

Se levantó y se inclinó por última vez para irse. Miró las pastillas sobre sus manos recordando esos tiempos en los que tomar pastillas era un verdadero sufrimiento, era como vivir una segunda vez esa pesadilla, creía que se había salvado de las enfermedades. Su mayor preocupación era Yerin, ¿Cómo iba a decirle?, o mejor dicho ¿Iba hacerlo o no?, no quería darle una desilusión tan pronto como la vio sonreír otra vez, se negaba a irse antes de ver a Yerin ser feliz otra vez, si no lo hacía se iría con el arrepentimiento de haber vuelto, su objetivo era ella, fuera o no su motivo todo lo que haría sería por ella.

Ghosting |Choi SoobinWhere stories live. Discover now