❝Cuando el amor renace de las cenizas, el corazón se llena de esperanza y temor.❞
Shim Yerin se ve en apuros luego de que su verdadero amor vuelve a la vida, su único deseo era quedarse a su lado, sin embargo, tenían que descubrir el como llegó hast...
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La mañana estaba tornada de gris, el cielo nublado sin rastro del sol, estaba haciendo frío a consecuencia del acercamiento del invierno, y con ello, la primera nevada que hacía acto de presencia, mientras amanecía la nevada iniciaba, dejando a su paso una linda ciudad tapizada de blanco, una muy agradable vista para los amantes de la nieve como lo eran ambos jóvenes.
El día también estaba tornado gris emocionalmente para Yerin, lo que menos quería era la llegada de ese terrible día, deseaba que por una buena noticia le dijeran:«Soobin puede quedarse» eso la haría la chica más afortunada.
Se arregló dispuesta a iniciar positivamente la hora de despedida, notó que Soobin ya no estaba en la habitación desde que se despertó, el olor de la comida le decía que estaba preparando un desayuno que esperaba poder disfrutar con una sonrisa en el rostro, porque el miedo comenzaba a presentarse, el dolor en su pecho amenazaba con aparecerse para sentirse tan mal como el día en que el la dejó, para destrozarla como solía hacerlo en cualquier momento hasta que volvió a ser feliz gracias a Beomgyu, él la había salvado de eso y más.
La hora acordada con la señora Yang había sido las cinco de la tarde, por lo que luego de su rico desayuno decidieron salir al área de encuentro con sus amigos, estaban yendo ahí más temprano de lo normal, pues querían disfrutar juntos un poco de tiempo. Estaban sentados en una banca juntos, Soobin jugueteando la nieve con sus pies y manos mientras que Yerin perdía sus pensamientos y a la vez observaba el paisaje, llegó a soltar un par de lágrimas que limpiaba tan pronto como salían escurriendo su mejilla así como una gota de lluvia escurría una ventana, sus pensamientos estaban lastimándola.
—Ésta es la vida que había imaginado a tu lado. —Comenzó—. Es difícil admitir que todo esto será como un simple sueño que duró poco tiempo, un sueño del que tengo que despertar para regresar a la realidad donde tú no existes más.
Soobin comprendía como se sentía, si estuviera viviendo una situación como esa estuviera igual que ella o incluso peor, él tenía la creencia de que la joven era demasiado valiente para poder soportar algo como aquello. Le dio un abrazo acariciando con calidez su cabello corto llegando hasta su espalda, no quería verla mal. Se alejó tomando sus manos entrelazando una de ellas, mirándola a los ojos le sonrió.
—No estés triste, debes ser feliz y estar orgullosa de ser una de las pocas que tienen la oportunidad de estar con la persona que ya habías perdido.
La castaña solo asintió dándole la razón, ella estaba siendo afortunada con esa oportunidad que había obtenido.
Yerin lo vio levantarse y volvió a fijarse en el paisaje sin tomarle importancia, quería seguir en sus pensamientos, estaba haciendo un plan de emergencia por si su corazón se sentía mal de nuevo, se distrajo cuando sintió un leve golpe en el hombro, posó su mirada en éste y vio la nieve bajando, Soobin le había aventado una bola que chocó contra su hombro, la chica comenzó a reír cuando también aventó una.
