Capítulo 14

79 10 0
                                    

Sus ojos se abrieron dándole aviso que tenía una oportunidad más en la vida, que podría seguir adelante para todo lo que quisiera hacer, pero había algo, algo que le decía que debía aprovechar cada minuto de su tiempo, no estaba confiado como otra...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sus ojos se abrieron dándole aviso que tenía una oportunidad más en la vida, que podría seguir adelante para todo lo que quisiera hacer, pero había algo, algo que le decía que debía aprovechar cada minuto de su tiempo, no estaba confiado como otras veces. Se levantó de su cama notando que Yerin ya no estaba en casa, sus cosas estaban recogidas y guardadas como siempre las dejaba, hizo su rutina básica, arregló la recámara y tomó una ducha rápida. Bajó sin ganas de preparar un desayuno que decidió comprarlo en línea. Tomó su teléfono sonriendo al ver el lindo fondo de pantalla junto a Yerin cuando tenían unos dieciséis años, plenos en la adolescencia, cuando disfrutaban de cada minuto que tenían juntos, cuando su vida no tenía problemas de adultos.

Llamó a su madre pidiéndole poder verla ese día, ella aceptó contenta de poder ver a su hijo un día más a su lado, desde la última vez que lo vio no se les había dado el tiempo de poder reunirse una vez más. Se encontraron en una cafetería a la que Soobin siempre soñó con llevar a su madre, estaba aprovechando ahora que tenía su pequeño trabajo haciéndose cargo de la casa de Yerin, ella le pagaba por eso y le decía que cubriría todos sus gastos, que el dinero que le daba debía gastarlo como el deseara, a Yerin realmente no le preocupaba gastar su dinero en él, no tenía en qué más gastarlo y Soobin no era un gran peso.

Estaban junto al gran ventanal, frente a frente sonriendo mutuamente, Taemin se sentía agradecida de poder ver la sonrisa de su Binnie, sus hoyuelos resaltando y sus pequeños ojos perdiéndose entre la sonrisa. El ambiente que formaban estaba lleno de amor, podían estar tranquilos si estaban juntos.

—¿Cómo has estado?

—Bien, un poco preocupado últimamente.

—¿Pasa algo?, ¿Quieres contarme? —cuestionaba su madre, estaba dispuesta a escuchar sus problemas.

—No tengo problemas, solo… visité a una chamana —Comenzó—, ella dijo que debía encontrar mi propósito muy pronto y a Yerin no le agradó así que tuvimos una discusión, cree que ya no quiero estar con ella, pero no es eso, la Chamana dijo que tenía poco tiempo y… tengo miedo.

Admitió con sinceridad. Le agradaba poder compartir con su progenitora, necesitaba ser escuchado, quería ser comprendido por alguien que no fuera a criticarlo, que fuera sincero al escucharlo y que diera su opinión desde el fondo de su corazón. Su madre era la indicada para eso.

—Hijo, no debes tener miedo, obtuviste una oportunidad más y debes estar agradecido, si Yerin no lo sabe habla con ella y dile el verdadero motivo, no le escondas cosas porque ella te recibió en su casa y está ahí para ti. Tienes que permanecer a su lado.

—Es que es difícil, ella quiere a su novio y aunque ahora pareciera que estamos juntos no se siente así. Ya me rendí, nunca debí regresar —explicó.

Soltó un cansado suspiro poniendo todo su peso sobre sus brazos recostado sobre la mesa, comenzó a jugar con la pajilla de su vaso, las muecas en su rostro salían sin ser llamadas, estaba decepcionado de si mismo, de no haber hecho las cosas diferentes cuando obtuvo la oportunidad.

Ghosting |Choi SoobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora