❝Cuando el amor renace de las cenizas, el corazón se llena de esperanza y temor.❞
Shim Yerin se ve en apuros luego de que su verdadero amor vuelve a la vida, su único deseo era quedarse a su lado, sin embargo, tenían que descubrir el como llegó hast...
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Tan pronto el sol comenzó a dar señales del amanecer Soobin se despertó, no podía dormir con tranquilidad luego de todo lo que pasaba por su cabeza, incluso sus sueños comenzaban a atormentarlo, tuvo que despertarse para prepararse un té relajante. Tomó un lugar en la mesa con su vista a la tetera, soltó un suspiro y paseó sus manos por el cuero cabelludo intentando jalar de este. Estaba estresado, sentía preocupación que no lo dejaba tranquilo.
Entre su desesperación sintió unos cálidos brazos rodearlo por encima de los hombros y la suave barbilla ajena pasearse por su cabeza. Subió sus manos hasta las de ella acariciando de estas, el cálido tacto lo relajaba un poco.
—¿Estás bien? Noté que estuviste muy inquieto toda la noche.
—No es nada, solo pesadillas.
Pesadillas muy reales
—Cariño, aún no amanece por completo, descansa un poco más, eso te hará bien.
Se preocupaba un poco, temía a que fuera consecuencia de esos dolores que había estado presenciando, sin embargo, no tenía una respuesta de ello, ni siquiera tenía una solución, le molestaba estudiar medicina sin poder aún salvar a la persona que más amaba. Se aferró más a él recostando su cabeza sobre la suya, también estaba aterrada, Soobin podía transmitirle sus emociones fácilmente, tanto tiempo juntos los hizo conectarse demasiado.
—Te amo. —Soltó dejando un beso en la mejilla del contrario.
Ocasionó en él esa característica sonrisa con los hoyuelos que amaba ver la más joven, siempre fue su obsesión observarlo. Arrastró una silla para estar a su lado, ella misma le preparó el té y lo esperó tranquilamente hasta que lo bebiera por completo. Estaba tan agradecido de tenerla con él, de sentirse amado y cuidado por alguien que apesar de la situación en la que finalizaron seguía apoyándolo, dándole la mano para no dejarlo caer en ese terrible abismo del que ella apenas estaba saliendo también.
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Caminaban hacia la pequeña oficina de trabajo de la señora Yang, Soobin parecía tener respuestas que necesitaban la aceptación de aquella anciana. Por su lado, Yerin caminaba con desánimo y lentitud, el pelinegro le comentó sobre lo que hablaría con la mujer mayor haciendo que tuviera miedo a escuchar, era un tema del que no estaba dispuesta a escuchar. Su mayor miedo era saber que pasaba si Soobin cumplía su propósito, por eso pensaba que huir de esa plática sería la mejor forma de olvidar que tenía que perderlo por segunda vez.
