Las fotos guardan historias

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Capítulo 22
Las fotos guardan historias

Mara

Amanece y me siento como en un cuento de hadas. El sol brillando con potencia, los árboles desprendiendo ese delicioso aroma a naturaleza mezclado con el limpio aire del lugar, los pajaros cantando y el olor de los deliciosos panqueques que se cocinan en la planta baja.

Está de más decir que Eric ya no se encuentra a mi lado en la cama, tampoco en la ducha o en algún lugar de la acogedora habitación. Sólo estoy yo. Tomo un baño exprés y me coloco unos cómodos jeans para ir a la cocina y ver si aún puedo ayudar en algo, pero mientras atravieso los pasillos, presto más atención a las fotos que hay en ellos. Me detengo en una especial, donde una familia muy feliz sonríe hacia la cámara. Una sonrisa se forma en mi rostro al encontrar a Eric de pequeño, pero no puedo evitar enfocar al hombre que lo sostiene por los hombros. Mis manos viajan hasta que mis dedos lo delinean, y sólo puedo pensar qué sucederá con él mientras, a la par, siento algo muy familiar en su rostro.

—Es una linda fotografía, ¿no? —pregunta una voz femenina que me obliga a alejarme de la imagen.

—Lo siento, yo...

—No pasa nada, cariño. Venía por ti para desayunar todos juntos —anuncia y observa la foto que yo veía segundos atrás—. Siempre fueron unos niños muy felices.

—Eso parece.

—Conozco a mi hijo, y sé que se muestra muy reservado con las cuestiones familiares, pero siempre ha sido así, Mara. No está relacionado con el hecho de que su padre se encuentre en prisión, por si era lo que pensabas. Así que, si en algún momento tienes una duda o deseas saber algo, no dudes en preguntármelo, responderé gustosa.

La incocente sonrisa de la mujer se hace presente y me pide con la mano que avance para ir al comedor. La pobre no se ha dado cuenta de que acaba de revelarme aquello único que su hijo no estaba preparado para confesar, y ahora yo me siento terriblemente culpable. Las dudas son grandes, por supuesto, pero al menos ya hay un camino marcado.

Me muestro hipócrita, sonriendo como si no supiera nada.

Soy una horrible persona.
Me siento sucia.

Estoy confundida y sólo quiero saber, ¿qué hace el padre de un oficial en la cárcel?

—¿Lista para la aventura de hoy? —pregunta Eric a mi lado.

—Claro, ¿a dónde nos dirigimos?

—A la feria.

—¿Hay una feria? —cuestiono sorprendida.

—Hoy es el primer día —dice Izán, incluyéndose en la plática—. Te encantará.

—¡Qué emoción! —chillo—. Nunca he ido a una feria.

***

Los pavorreales predominan en la colorida festividad. Imágenes, disfraces, decoración y todo lo demás, hace alusión a tan precioso animal. Decir que me encuentro maravillada ante cada detalle, cada atracción, incluso cada puesto de comida y persona, es poco decir.

—¿Cómo es que el mundo entero ignora esto? —suelto incrédula.

—Somos celosos con nuestras tradiciones, Mara. Son nuestras, no nos gusta compartirlas —dice Alba.

—Entonces debo sentirme afortunada.

—No eres afortunada, ya eres parte de la familia —comenta ella misma, haciéndome sentir realmente especial.

El oficial de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora