No es sencillo

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Capítulo 35
No es sencillo

Eric

La vida me balacea, y aunque no hablo en el sentido literal de la palabra, se siente como si así lo fuera.

¿Qué pecado es el que estoy pagando?

Llego a casa de mi novia con la ilusión de despejarme un poco, para no sentir el fracaso que me carcome por dentro al no poder resolver las atrocidades que nuestra ciudad atraviesa. Pero en su defecto, me encuentro con la maravillosa escena pornográfica que protagonizan Mara y Fernando.

Fenomenal.

Me han escuchado, así que sus cuerpos se separan y nuestras miradas se encuentran; la mía y la de Mara.

¿Qué puedo decir? ¿Qué puedo hacer? La respuesta es nada.

Decido tomar asiento cuando Fernando me hace el favor de avisar que he llegado, soltando simplemente:

—Siempre será un placer volver a verte.

Son las primeras palabras que comparto con ella después de tres años. Tres largos años. La miro, ella demora un poco pero también lo hace y distingo claramente cómo es que ella preferiría estar en cualquier lugar del mundo, excepto aquí conmigo.

Voy a decir algo más, necesito que ella entienda que no debe ser así, que entre nosotros no tiene por qué haber incomodidad... pero cuando estoy por hacerlo, Fernando regresa y mi oportunidad desaparece.

—Ramona está terminando de alistarse, no tarda en bajar —me comparte y poco después se dirige a la chica que decide opacar el inmenso brillo que posee sólo cuando está a mi lado—. ¿Quieres ir a mi habitación?

Por un momento, mi mente imagina que le dice que no y, entonces, podemos hablar los tres juntos. Pero como lo dije, sólo es mi imaginación.

—Claro —suelta suave.

—Hermano, mi casa es tu casa. La cocina tiene barra libre para ti, y si quieres ayudar a mi hermana a cambiarse, por mí no hay problema. Ya lo sabes, puedes subir.

Él toma su mano y la lleva por el recorrido que los dirige hacia su habitación, dejándome solo, sentado sobre el sofá de la estancia. Los sigo con la mirada porque soy una persona que disfruta echarle limón a la herida, y es por eso que, accidentalmente, nuestras miradas se encuentran una vez más.

Le miro, pensando que quizá esos podríamos ser nosotros, si tan sólo las cosas se hubieran dado de diferente manera en nuestro tiempo.

***

Una cita doble, ¿a quién le acredito tan sensacional idea?

—No —decreto.

—Anda, cariño. Nos divertiremos. Mara es una gran mujer y te llevas bien con mi hermano, ¿cuál es el problema?

—Prefiero disfrutar el tiempo contigo.

—Disfrutarás el tiempo conmigo.

—A solas—aclaro.

—Eric, por favor, pimpollo. Hazlo por mí, quiero esto —ruega en compañía de un adorable puchero al que no me puedo resistir.

—¿A qué hora? —pregunto no muy convencido pero ya resignado a que su voluntad, es la ley.

Besos, abrazos y muchos apapachos son los que predominan de camino a Rock Stone, el lugar en el que he decidido mantenerme al margen. No quiero incomodar a Mara, porque la conozco y sé que es lo único que lograré siendo yo mismo. Deseo que la pase bien, que disfrute de la noche... pero no puedo hacerlo. Ella se siente como un león enjaulado, lo noto en su postura, en los tragos que pide, en su mirada, en su seriedad y en el constante movimiento de sus piernas.

El oficial de mis sueñosМесто, где живут истории. Откройте их для себя