Poco a poco

362 28 41
                                    


Capítulo 48

Poco a poco

Mara

Es frustrante.

Ver cómo todos se esfuerzan inhumanamente por verme mejor y yo... sin corresponderles.

Sé que puedo hacerlo, pero no lo hago. ¿Es acaso que yo no me esfuerzo tanto como ellos?

Soy una miserable.

Ni siquiera merezco estar aquí, debí haber muerto como muchas chicas más lo hicieron gracias a esos monstruos.

Me escondo entre las sábanas de mi cama. Son las seis de la tarde y Tere no tarda en aparecer para actualizarme con todo lo que está sucediendo en la empresa.

Por suerte, hay algo que sí hago: diseñar.

Mis bocetos son ese escape, el desahogo que me permite ser libre y expresarme.

Aunque...

Al levantar la mirada y ver todos esos bocetos de mujeres frente a mí, sé que no puedo presentarlos.

Son apagados, lúgubres y oscuros.

No representan mi marca, no me representan a mí... ¿o es que sí?

Sí.

Sí me representan. Representan a mi nueva yo.

—¡Hermanitaaaa!

Alzo la mirada e intento regalarle una sonrisa; me alegra que haya vuelto. Siento una gigantesca paz cada vez que aparece porque eso significa que ya no estoy sola.

—¿Adivina qué? —continúa con un tono fastidioso y toma asiento a mi lado en la cama, lanzándome una bolsa de palomitas—. Se resolvió el problema de las telas, ¡por fin!

Habrá un nuevo lanzamiento de colección.

No son diseños recientes, son aquellos que dejé listos, pero que por algún motivo no incluí en las colecciones anteriores. Tere ha decidido lanzarla como "Los diseños exclusivos CANO".

Está bien, a fin de cuentas, no soy más que un bulto en la existencia ahora mismo.

Mi marca no ha caído gracias a ella y me siento exageradamente agradecida por eso. Es uno de mis más grandes motivos para continuar y mejorar.

—Bien —respondo.

Ella suspira.

—Tienes cita con Catalina Ruan mañana a las cinco, ¿estás de acuerdo? —me pregunta, pero una traviesa sonrisa en su rostro delata que algo me esconde, así que la acecho con la mirada un poco—. Está bien, si insistes tanto —ironiza—, te diré cómo es que conseguí la cita con la psicóloga más cotizada del estado...

Y lo es.

Realmente es complicado obtener una cita próxima con esa mujer.

—Ayer cuando vino Eric, que por cierto, no me has contado qué fue lo que sucedió entre ustedes —gruñe por lo bajo—, le comenté que estaba buscando un buen psicólogo y me dijo que él se encargaría... ¡y hoy me llamó para darme los datos de la cita! ósea, ¡yo llamé hace dos días y ayer para intentar buscar un espacio con ella y me mandaban hasta el siguiente mes! ¿Qué clase de pacto tiene este hombre con el diablo? O bueno, quizá dio sus atributos a cambio, ¿quién lo sabe?

Le aviento mi almohada y ésta la despeina.

—Si te molesta que hable sobre eso, dilo, porque no me detendré hasta escuchar tu voz en más de una palabra. Solo imagina a esa madura doctora entre los brazos del sexy nuevo oficial mayor... —suelta y hace una estúpida cara mientras sus manos se aprietan en el aire—. Jamás dejaré de decir que ese estúpido es un papucho, guapo, sexy... devastador.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 16, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El oficial de mis sueñosWhere stories live. Discover now