Justicia divina

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Capítulo 33
Justicia divina

Mara

1 de septiembre 2027.
1:47 a.m.

Estaciono el auto en la cochera de mi casa, pego un fuerte suspiro y bajo de él arrastrando el paso. Subo las escaleras hasta llegar a mi cuarto y, una vez en mi lugar seguro, me recuesto sobre la puerta. Estoy cansada, fue un día pesado y al final todo salió bien. De hecho, fue excelente. Pero mi cabeza no logra sacarse de la mente esa escena en la que una preciosa chica besa a quien, alguna vez, fue el amor de mi vida. Mi día perfecto se ve opacado por ese instante. Me deslizo lentamente hacia el suelo, hasta que mis manos cubren mi rostro y es imposible contener algunas lágrimas.

—¿Mara? —escucho la suave voz de Tere al otro lado de la madera.

Limpio mi rostro pronto y sorbo un poco antes de responder:

—¿Sí?

—¿Estás bien?

—Claro, ¿por qué no lo estaría? —suelto con fingida alegría.

—Te escucho llorar, idiota. Dime la verdad, ¿estás bien?

No demoro en abrir la puerta, quedando frente a ella mientras mi puchero se hace presente. No digo nada y ella tampoco, se limita a sostenerme entre sus brazos.

—El evento fue un éxito, tú eres un éxito —susurra—. Sobresaliste entre todos, la gente te ama.

—¿Por qué me afecta tanto verlo con alguien más? Yo debería estar feliz y celebrando lo que pasó esta noche con todas esas personas —confieso por fin en voz alta.

Ella se aleja de mí, sujeta mis manos y me mira, transmitiendo ese apoyo incondicional que sólo ella puede darme.

—Porque lo amaste, Mara.

—Pero fue hace años. Él ya no está en mi corazón —digo segura por lo inadmisible que es mi reacción.

—A veces crees que has olvidado, pero el corazón piensa y actúa por sí solo. Como si fuese una parte independiente en nuestro cuerpo. Así que hazte a la idea de que tu corazón no se ha deshecho de él.

—Qué asco.

—Sí, suele pasar —dice encogiéndose de hombros—. Mañana iremos a cenar con papi y mami. Quieren celebrar con nosotras el éxito de esta noche. Celebrarte porque lo mereces. —Deposita un beso en mi frente—. Descansa, hermana.

Tomo su consejo, así es más sencillo.

27 octubre 2027

Por fin he aceptado salir con Fernando.

Desde aquella noche en el desfile, cuando decidí ignorar y rechazar sus propuestas, hoy puedo decir gratamente que he superado la pequeña depresión que atravesé por un momento.

Estoy lista.

Mi último compromiso es ver el avance en la coreografía de las modelos. Brillan, sobresalen, lo hacen simplemente perfecto.

—¡Eso es, Darla! —exclamo cuando mi modelo curvy hace su solo—. ¡Te ves preciosa!

Aliento a cada una de ellas simplemente porque lo merecen, porque son hermosas y lo hacen mucho más allá de increíble.

Hay una gran diversidad entre mis modelos, desde chicas de baja estatura, medianas y grandes; diferentes tipos de cuerpo, género, incluso Malena, mi pequeña estrella con síndrome de Down que hace un excelente trabajo. Mejor que el de cualquiera de los otros modelos; eso me llena de alegría, porque todos los cuerpos son perfectos y es lo que mi marca muestra: inclusión, diversidad y belleza.

El oficial de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora