06. Cambio de planes

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—Bueno, no alcanzamos malteadas, pero al menos logramos comprar uno de los mejores panecillos de mantequilla. ¡Los amo mucho!

Su comentario lo hizo reír fuertemente, Doyoung parecía un niño pequeño al que le han dado un dulce como premio, comía su pan tan lento, como si estuviera saboreando cada migaja y pedazo de nuez. La verdad es que no era para menos, los panecillos de mantequilla eran una total delicia.

Tomó un trocito muy pequeño de pan y lo metió a la boca de la pequeña Irene, pareció gustarle de igual manera porque comenzó a aplaudir.

—¡Le gusta! ¡Irene, tú sí sabes de comida! 

—Irene es como su padre —dijo, sin embargo, no midió las consecuencias que su comentario podría causar. Doyoung bajo la mirada y siguió comiendo de su pan—. Lo siento, no debí decir eso.

Un suspiro salió de sus labios, tragó el pedacito de pan que estaba masticando y habló.

—No te disculpes, sabía que el tema saldría a flote en algún momento. Lo he estado pensando mucho. A penas tengo los recursos suficientes para pagar mi carrera, mi trabajo no es precisamente el mejor y la paga es un asco.

Taeyong se esforzó por no formar una mueca, sabía hacia dónde iba la conversación y no quería escucharlo. Le dolía pensar en que Irene terminaría en una casa hogar, alejada del amor...

—Así que probablemente deba buscar un mejor trabajo para poder mantenerla.

Y el cariño que un padre puede dar a su...

—¿Qué?

—Te decía que tendré que conseguir un mejor trabajo para poder mantenerla. Por los gastos de la carrera no me preocupo porque tengo una beca y sólo me faltan dos meses más para terminarla, pero si quiero vestir y mantener a Irene, primero debo encontrar un trabajo con buena paga.

Y Taeyong se rió, nervioso y aliviado. ¿Cómo es que pudo pensar mal de Doyoung? Si desde que se conocieron había sido un angelito con ellos —Refiriéndose a él mismo y Donghyuk— junto con la pequeña Irene. Doyoung lo miró confundido por su repentina risilla.

—¡Oh! ¡Me asusté! ¡Sagrado Cristo!

—¿Por qué? ¿Dije algo malo? —La preocupación en su rostro se volvió palpable.

Todo Doyoung lo era, era como que muy fácil darse cuenta de los sentimientos del menor. La mayoría del tiempo era transparente, sencillo, aunque no era como si le gustase esconder sus sentimientos.

—No es eso —dijo, teniendo el atrevimiento de juntar sus manos—... Sólo me dió algo de miedo lo que dirías. Creí que dirías que la pensabas llevar a una casa hogar o algo así.

Papá por accidente (Taedo) حيث تعيش القصص. اكتشف الآن