13. Espuma

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—... Y eso fue lo que pasó. Taeil realmente fue de muchísima ayuda. De no ser por él no sabría que fórmula comprar.

Los ojos de Doyoung casi se salen de sus órbitas, y por segunda vez en el día estuvo a nada de escupir su jugo de naranja.

—Pero eres pediatra, Tae.

—Sí, pero la cosa es que no sé cuál fórmula le hace bien a Irene y cuál no. ¿Recuerdas lo que le pasó después de que tomó la leche que compré en la farmacia?

—¡¿Cómo no hacerlo?! Si se estuvo soltando gases durante todo el día

Ambos se soltaron a reír al recordar aquel "insólito" accidente con la pequeña. Y hablando de ella... El llanto de Irene hace que Doyoung se ponga de pie y corra hacia la habitación lo más rápido que sus piernas le permitieron, la pequeña infante entiende sus bracitos hacia él en cuanto lo ve llegar. La toma y la lleva hacia su pecho, dando ligeras y suaves palmaditas para calmarla.

—Shh... Tranquila, ya pasó, bebé, ya pasó.

Irene se calma después de un pequeño lapso, en ese momento sólo son pequeños hipidos los que salen de su boca, las lágrimas secas aún se notan en sus mejillas.

—Lo mejor será darte un baño.

Ante su comentario obtiene una tierna risita como respuesta, cosa que lo hace morir de ternura. Camina hasta la cajonera —un pequeño obsequio que tuvo por parte de su vecino Wong—, y toma un conjunto de ropa, mismo que consiste en un enterizo de jirafas, pero con las orillas de los pies descubiertos, unos calcetines blancos y sus zapatitos tejidos de un color azulito cielo. Se dirige hacia el baño y abre las lleves, dejando que el agua comience a salir, una vez que la bañera se llena con agua tibia, mete una mano dentro y, en cuanto comprueba que está a la medida, mete a Irene dentro.

Taeyong termina de secar los platos y deja el paño de cocina sobre el mesón, abre la llave del lavabo y enjuaga sus manos, sale de la cocina y camina hacia la sala. En cuanto está a punto de sentarse escucha dos risas, una mucho más chillona y bajita que la otra.

—¡No juegues con la espuma, Irene!

Oh, definitivamente tiene que ver lo que está pasando en ese lugar, así que camina hasta la habitación del menor y se asoma al baño, encontrándose con una escena bastante graciosa y tierna. Irene ríe mientras avienta la espuma del agua al rostro de Doyoung, la espuma yace sobre su barbilla y naríz, formando una especie de bigote torcido. El pelinegro toma un poco de espuma entre su mano y la coloca sobre el cabello de la infante, y ella ríe de nuevo, en un momento ella y Taeyong cruzan miradas, Irene vuelve a reír y comienza a balbucear.

Doyoung voltea y lo ve, le ofrece una de sus características sonrisas de conejo y lo invita a acercarse, y ¿Quién es Taeyong para negarse? Pero en cuanto se acerca es recibido con la espuma del agua.

Papá por accidente (Taedo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora