28. El primer día de noviembre

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—Si la vaca hace moo

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—Si la vaca hace moo... ¡El cordero hace bee!

Irene ríe y Taeyong aprovecha que está lo suficientemente distraída y le inyecta la vacuna en su bracito izquierdo, Irene se queda quieta, pero un puchero se forma en sus labios y se suelta a llorar. Doyoung la acurruca en su pecho y le palmea suavemente su espalda.

—¿Duele mucho? —pregunta preocupado.

—No, no en realidad, pero por lo que veo, es la primera vez que Irene recibe una vacuna, por eso le duele mucho. Tienes que ver que no se golpee o choque con nada, hay que evitar que le salgan quistes. Bueno, eso es todo por hoy —dice, Taeyong deposita la jeringa usada en el bote de la basura y se retira los guantes de las manos—. ¿Me das su...? Lo olvidé.

—¿Qué cosa? —Doyoung lo mira, y después de unos momentos parece entender a qué se refiere—. ¿Es necesario?

—Lo es. Por el momento te apuntaré en una hoja la fecha de hoy, pero Doyoung —Taeyong se acerca a él y lo toma de la mano—. Es necesario que veamos los papeles de Irene, debemos registrarla como hija tuya, y para eso tienes que adoptarla primero. Do, tú ya eres abogado, sabes los riesgos que estás corriendo al tener a una infante, que no es tuya,  viviendo contigo. Te arriesgas mucho.

Doyoung asiente y suspira.

—Esta semana comenzaré a ver los trámites de adopción. Jaehyun me ayudará con ello.

—Está bien. Por lo pronto no subiré el registro de Irene a la base de datos. Te anotaré la fecha de vacunación en una hoja, debes guardarla bien.

Doyoung asintió y esperó a que Taeyong le entregara la hoja.
En los últimos días había estado pensando cómo se presentaría ante Servicios de la protección a la infancia y adopción, porque no podía llegar y decir: Mire, la dejaron en mi puerta hace dos meses y no la traje aquí porque me dió pánico meterme en problemas, pero jajaja, no se preocupe, está bien cuidada y tiene sus vacunas. ¡No! Definitivamente no podía llegar y decir eso.

Tenía que prepararse para las posibles consecuencias. Irene bien podría estar siendo buscada, y no quería perderla. Por eso tenía que prepararse bien, para enfrentar una posible tormenta.

—Oye, ¿Y cuando cumple años?

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—Oye, ¿Y cuando cumple años?

La voz de Lucas lo saca de su ensoñación y lo hace reaccionar, sacude la cabeza suavemente y se voltea hacia el azabache, mirándolo con confusión.

—Disculpa, no estaba prestando atención.

—Te preguntaba la fecha del cumpleaños de Irene —Lucas rió.

—Oh... Eso. Exactamente no sabría decirte, pero ella llegó a mi en agosto, en ese entonces tenía entre ocho y nueve meses, por lo que debió nacer entre noviembre y diciembre.

—Entonces, no se diga más. ¿Tendremos fiesta a finales de noviembre o principios de diciembre? Tú sólo danos una fecha, nosotros organizamos todo.

—¡Exactamente! Yo podría darte el pastel —dice Sicheng.

—Incluso podríamos organizar la fiesta aquí, en el local —agrega Yuta en cuanto entra a la cocina. Al parecer había escuchado todo—. Estoy seguro de que a Winko no le molestará.

Sicheng niega y se acurruca junto a su esposo.

—Para nada. Yo estaría encantado de ayudar. Quiero ser como el tío genial para Irene, si Doyoung me lo permite.

El susodicho asiente y se acerca a Sicheng para abrazarlo, Lucas se une y Yuta también lo hace. Pequeños sollozos escapan de su boca, y eso no hace más que preocupar a sus amigos.

—¿Qué sucede, Doyo? —pregunta Lucas, preocupado por el repentino llanto de su amigo.

—No es nada —susurra—, es sólo que jamás creí que encontraría a personas tan maravillosas en un camino que parecía estar repleto de obstáculos y desdicha. Realmente les agradezco que estén aquí. A Yuta por haberme encontrado, a ti por haberme ayudado, Sicheng. Y a Lucas por siempre estar aquí, por ofrecerme su sincera amistad. Gracias a los tres por ser mis amigos, por confiar en mí y por apoyarme.

Sicheng soltó delicadamente a Doyoung y le limpió las lágrimas con el dorso de su mano.

—Siempre estaremos aquí, Doyoung. Para mí y para Yuta eres como un hijo. Siempre que nos necesites aquí estaremos, incluso si es mínimo, si tienes problemas, si necesitas un hogar. Siempre, siempre contarás con nosotros. Lucas, Chenle y tú son lo más importante que tenemos.

Yuta asintió y le revolvió el cabello con su mano.

—Winko tiene razón, eres como un hijo para nosotros, tú y Lucas, junto a Chenle, son la alegría de este lugar.

Sicheng tomó las manos de Lucas y las manos de Doyoung entre las suyas, mientras que Yuta pasaba sus brazos por encima de los hombros de ambos.

—Ustedes no están solos, siempre contarán con nuestro apoyo incondicional, ¿Okay? Espero que siempre nos tengan confianza, chicos.

—Lo dicen en serio, yo a penas y podía mantenerme cuando llegué aquí —Lucas sonríe nostálgico—, no es que Taeil no me apoyara, pero el ya tenía suficientes problemas con los cuales cargar. No quería ser uno más.

—Y te admiramos por ello, Xuxi —Sicheng se acerca a él y lo abraza—. Ah, ustedes son muy fuertes. Nosotros no siempre fuimos así.

—Pero bueno, creo que es mejor apurarnos. Hoy debemos cerrar temprano para llegar pronto a la cena del aniversario de Taeil —dice Yuta—. Si no llegamos pronto se pone como ama de casa despeinada, para no decir otra palabra.

Los tres ríen ante las palabras de Yuta y continúan con su labor de preparar la mezcla para los panecillos.






















¿Cuántos años creen que tienen Sicheng y Yuta?

Papá por accidente (Taedo) Where stories live. Discover now