Capítulo (4)

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NARRADOR ONMISENTE

Habían pasado alrededor de una semana, y hoy era uno de esos días en el cuál él castaño tenía libre. Durante esos días, se había sentido más agotado de lo normal y con dolores de cabeza frecuentes, lo atribuía al estrés laboral y la preocupación de su hermano, puesto que él ojiverde había estado muy inquieto últimamente, en varias ocasiones nisiquiera dejaba que él lo tocase.

Eran un poco más de la ocho de la mañana, cuándo un pequeño ojiverde entra a la habitación de su hermano, subió a su cama y empezó a zarandearlo.

—Chris, vamos levantate. Hoy es tu día libre y me prometiste que iba a comprarme lo que quisiese comer— él mayor suspira y atrae más su sábana.

El menor, fruñe el ceño, y decide quitarle la sábana por completo.

—Vamos, Chris—

—Erick, deja de joder, es muy temprano. Además, todos los días comes lo que quieres en la cafetería de Richard, no creas que no me he dado cuenta— él menor, se sonrojó fuertemente.

Era verdad, desde que él rizado entabló una amistad con él, había ordenado al moreno que le diese lo que pidiera.

—Pero, Chris igual quiero salir contigo
hoy— él castaño gira los ojos, y se pone boca arriba mirándolo fijamente.

—Eres muy insistencia, Er— Erick, sonrió tímidamente.

Christopher, bosteceo para luego estirar sus brazos en señal de que quería un abrazo del menor. Erick, sin dudarlo se lanza sobre él y lo abraza fuertemente.

—Buenos días, pequeño—

—Buenos días, Chris— se separan del abraza sonriendo.

—Anda a cambiarte, saldremos al supermercado Er— él menor asintió feliz.

De un salto, salió de la cama directo a su habitación. Christopher, suspira para luego levantarse él, se dirige al baño dispuesto a cepillarse, al hacerlo siente una incontrolables náuseas, sin poder evitarlas termina vomitando. Se enjuaga la boca segundo después, sus ojos se encontraban llorosos, no entendía su malestar, suponía que era el cansancio.

Luego de vestirse con algo cómodo, baja de su habitación para ir a la sala, en la cuál se encontraba el ojiverde esperándolo.

—¿Listo?— él menor asiente.

Sin decir más, salen de su hogar rumbo al supermercado, daban gracias a Dios porque no quedaba tan lejos de su casa, por lo cuál solo tomaron un bus que no tardó más de quince minutos en llegar a su destino. Bajaron y se encaminaron adentro.

—¿Qué quieres comprar, Er?— pregunta al momento de entrar.

Erick, mira a su alrededor buscando algo interesante, hasta que haya un paquete de gomistas de colores.

—Eso— apunta a ellas, y Christopher sonríe.

—Vamos, entonces— caminaron unos cuántos pasos más, hasta que el cuerpo del castaño se estrella contra otro.

—Lo siento, no te vi— él mayor, sube la mirada y siente como su corazón se acelera.

Zabdiel, por su parte también sintió ese cosquilleo en su estómago, haciendo que sonriera.

—Ho-hola—

—H-hola— devolvió el saludo, con sus mejillas teñidas de rosa.

Christopher, desvío su mirada aún sintiendo su corazón latir fuertemente.

Chiquito (Joerick)Where stories live. Discover now