CAPÍTULO I

79 10 4
                                    

El frío aire invernal golpeaba sin piedad alguna el rostro de la pálida chica. Sus manos se encontraban cubiertas por unos gruesos guantes grises y una capucha para protegerla del frío adornaba su cabeza. Tenía la nariz roja al igual que las mejillas a causa del viento helado, pero ella no parecía estar al tanto, pues se mantuvo quieta en su lugar y con la mirada perdida en el horizonte mientras los escasos rayos del Sol acariciaban su cuerpo.

—Amor. —Las suaves palabras del chico trajeron a Reika a la realidad—. ¿Está todo bien? —Sunghoon se acercó hasta ella y tomó una de sus manos.

—Sí, lo siento. ¿Decías algo? —El más alto apretó los labios para luego relajar su rostro y acariciar el de la chica.

—Reika, ya hemos hablado de esto. Sabes que puedes contarme lo que sea, ya no existen secretos entre nosotros. —La peli plateada miró el suelo apenada y luego lo miró a él.

Los ojos del pelinegro tenían el mismo precioso brillo que adquirían al estar con ella; su cara estaba sonrojada debido al frío y varios copos de nieve caían delicadamente sobre sus cabellos azabaches.

—Estoy preocupada por Selina —confesó—. Hace más de un mes que se fue a altamar y no he sabido nada de ella. No entiendo sus escapadas. Me es totalmente frustrante.

—Al menos sabemos que se encuentra un poco más calmada y que está en buenas manos, ¿recuerdas que en las primeras semanas aquí no paraba de llorar y discutir? De milagro no terminó con mi reino. —Ambos rieron ante este comentario—. Sólo tienes que darle su tiempo y espacio, toda esta situación con Jake no ha sido fácil para ella. —La chica suspiró para luego tallar su rostro.

—Ni me lo digas, yo misma quiero asesinarlo. Si tan solo él no... —Sunghoon puso una mano en su hombro haciendo que guardara silencio. Habían tenido esa conversación cientos de veces y siempre llegaban a la misma conclusión—. Lo sé, lo sé. Tampoco fue su culpa, Mina fue quien le tendió la trampa. —El príncipe de hielo sonrió complacido al oír esas palabras y soltó a la princesa—. Pero aún así no puedo creer que no se diera cuenta de que no se trataba de mi hermana. Quiero decir, ¡mírala! Ella es hermosa y súper inteligente. Simplemente no entiendo cómo es que Jaeyoon no pudo verlo.

—Dicen que el amor ciega. Quizás él estaba tan enamorado que simplemente lo ignoró. —Reika suspiró con un poco de enfado.

—Y yo no puedo creer que Selina no me lo contara o qué nadie más en el castillo no lo haya notado. Debí haber estado más atenta de ella. —Reika tomó su cabeza entre sus manos llena de arrepentimiento, el ver esto el príncipe de Ylia la abrazó.

—No fue culpa tuya ni de nadie, ni siquiera de Jake o de Selina. —Se quedaron un rato abrazados, con el pulso acelerado y compartiendo el calor entre sus cuerpos.

—Príncipe Sunghoon, princesa Reika. —Un guardia con cabellos bicolor se apareció, rompiendo así el mágico momento que los príncipes compartían—. El barco de la princesa Selina arribó hace unas horas al puerto. —La mayor suspiró.

—Gracias. —El muchacho les hizo una reverencia antes de retirarse—. Eso me da un par de horas para planear cómo asesinar a Selina —soltó la mayor haciendo reír a su novio.

—Pero no quiero que ensucies mi palacio —comentó Sunghoon haciendo un pequeño puchero con sus labios y causando que Reika riera—. Además, mi cuñada me cae bien, no puedes matarla antes de nuestra boda.

—De acuerdo, de acuerdo. No la mataré. —Se quedaron en un cómodo silencio mientras observaban la maravillosa vista del lago congelado frente al castillo—. ¿No sientes que ella cambió desde que llegó aquí? —Sunghoon la volteó a ver algo confundido—. Siento que nos ha estado ocultando algo y para evitar enfrentarlo ha decidido escapar y poner su vida en riesgo.

Taken (Segunda parte de Cursed-Blessed)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant