CAPÍTULO XXX

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Sunghoon y Reika habían discutido sobre lo que debían hacer con la fractura de Selina, llegando a la conclusión de que primero debían acomodar el hueso y después inmovilizarlo. Habían puesto varios hielos alrededor de la pierna de la de ojos lavanda mientras conseguían los objetos necesarios para poder inmovilizarla.

Reika sostenía el pie de su hermana con firmeza para evitar que lo moviera de más mientras Sunghoon los observaba con algo de miedo.

—¿Están listos? —preguntó el más alto. Todos asintieron con inseguridad—. Bien, entonces lo haré. —Selina inhalo y exhalo con profundidad, el príncipe de Hemia le ofreció su mano a modo de apoyo pero la muchacha la apartó de un manotazo.

—¡Selina! No es momento para que seas grosera, Jake sólo te quiere apoyar. —La regañó su hermana, haciendo que la menor rodara los ojos y terminara por aceptar a regañadientes la mano del pelinegro—. Hay que hacerlo. —Todos asintieron.

Sunghoon tomó el pie con cuidado y en un rápido y doloroso movimiento rearticuló el hueso. Un fuerte grito escapó de los labios de la princesa, acompañado por lágrimas. Ahora Reika y Sunghoon trabajaban en inmovilizar su pierna.

El pecho de Selina subía y bajaba con velocidad, se encontraba completamente recargada sobre una piedra mientras soltaba varias maldiciones y palabras sin sentido.

—Lo hiciste muy bien, estoy orgulloso de ti —comentó Jake apartando un par de mechones rebeldes de su rostro.

—N-no me siento bien —confesó Selina sintiendo sus párpados pesar más y más cada vez.

—No te preocupes hermosa, puedes dormir. Yo cuidaré de ti.

—No me llames así —soltó con enfado en un susurro mientras negaba con lentitud hasta finalmente desmayarse.

Al terminar, Sunghoon y Reika se alejaron intercambiando miradas cómplices.

—¿Crees que finalmente hayan arreglado sus problemas? —se aventuró a preguntar el pelinegro cuando estuvieron lejos de ellos.

—No lo sé —comentó su novia observándolos desde la lejanía—. Démosles su espacio y mejor busquemos algo que nos ayude a salir de aquí cuanto antes.

Ambos asintieron antes de comenzar a buscar por el lugar. Luego de un rato lograron encontrar otro túnel el cual esperaban pudiera sacarlos de ahí. Regresaron a donde Jake y Selina se encontraban. Ambos estaban dormidos pero debido al ruido que causaron al pisar los huesos lograron despertarlos.

—¿Encontraron algo? —preguntó el príncipe de Hemia al verlos acercarse.

—Hay un túnel por allá, quizás tenga salida —comentó Sunghoon inseguro.

—Bien, entonces lo seguiremos. —Los príncipes se pusieron manos a la obra y comenzaron a caminar a donde el príncipe de Ylia había indicado mientras Jake llevaba a Selina en su espalda.

—¿Cómo terminaron aquí? —preguntó el Hemiano pues se había olvidado de preguntarles la historia de su secuestro.

Reika y Sunghoon intercambiaron miradas.

—Estábamos comiendo mientras esperábamos a que regresaran y de pronto... —Reika detuvo su relato pues un escalofrío a causa del desagradable recuerdo le recorrió la espalda—. Escuchamos un grito que sonaba igual a ti, Selina. Corrí porque tenía miedo de que te hubiera ocurrido algo. —Esta vez volteó a ver a su novio quien entrelazó sus dedos con los suyos para darle la fuerza suficiente para seguir con su relato—. Los gritos sólo se volvían peores y mucho más fuertes y yo sólo podía pensar lo peor... —Su voz se quebró y las lágrimas comenzaron a humedecer su rostro—. Sunghoon intentó detenerme, dijo que algo no estaba bien porque los gritos que él escuchaba eran los míos y no los de Selina.

Taken (Segunda parte de Cursed-Blessed)Where stories live. Discover now