Taken (Segunda parte de Cursed-Blessed)

CAPÍTULO III

Capítulo dedicado al brillante y hermoso cumpleañero, Kim Sunoo.

Espero lo disfruten.

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CAPÍTULO III

Tres días después del accidente en el río los príncipes finalmente llegaron al castillo de Ylia. Este se encontraba rodeado por el bosque y un eterno lago congelado, la arquitectura del palacio era magnífica, con sus altas torres en forma de globo y los colores blanco y azul decorando la gigantesca fachada.

—Es increíble —habló Reika con el rostro pegado a la ventana mientras observaba la entrada del castillo.

—¿Nerviosa? —La menor de las hermanas le dio un golpe juguetón.

—¿Por qué lo estaría? —La mayor la miró confundida.

—Porque estás apunto de conocer a tus queridos suegros —comentó Tea entre risitas mientras veía la fila de súbditos y soldados que se encontraban en la entrada para recibirlos.

Ante estas palabras, Reika empalideció y su corazón comenzó a latir como loco a causa de los nervios. Sunghoon le había comentado que sus padres eran personas muy serias, poco empáticas y que siempre deseaban la perfección en cada pequeña acción que alguien hiciera dentro de su palacio. Por lo que el miedo, los nervios y las dudas no tardaron en aparecer en su mente.

El carruaje se detuvo frente a una larga escalera de piedra adornada con un tapete azul en la que esperaban formados para darles la bienvenida varios soldados, empleados y en la cima de esta, el rey Park Guthrie y la reina Park Caillhely de Ylia. Un paje se acercó para abrir la puerta del carruaje e inmediatamente sus nombres fueron anunciados.

—Las princesas Zhinter Reika, heredera de Engenia; Zhinter Selina y Zhinter Altea de Engenia. —Las menores observaron a Reika quien estaba asustada por abandonar el transporte.

—Tienes que salir —le recordó Tea.

—No quiero. Me niego. —Selina bufó y rodó los ojos debido a la actitud de su hermana.

—Yo iré primero. —La de ojos lavanda salió del carruaje siendo seguida por Altea y Reika salió al último.

La heredera temblaba ligeramente debido a los nervios pero intentó disimularlo. Apenas su mirada se cruzó con la de su amado, sus nervios se redujeron pero estos aumentaron cuando vio a los reyes aguardando por ellos en la cima de la escalera.

El rey Guthrie tenía un rostro serio y sus cabellos oscuros estaban surcados de múltiples rayos blancos, era delgado y tan alto como su hijo, e incluso la forma de la nariz y los ojos era la misma. En cambio, la reina Caillhely se veía más seria que su esposo, traía el corto cabello del color de la nieve amarrado y adornado de forma ceremoniosa, era delgada y un poco más baja que su esposo.

Sunghoon comenzó a subir los escalones con rostro serio, cada escalón que subía era una nueva cabeza que se agachaba para saludarlo. Tras él subieron las princesas y por último el príncipe Riki.

—Príncipe Sunghoon. —El rey le hizo una leve reverencia al igual que la reina, acción que imitó el muchacho.

—Rey Guthrie, reina Caillhely. Es un placer verlos nuevamente. —Una leve sonrisa se formó en el rostro serio de su madre quien finalmente lo abrazó.

—Has crecido mucho Hoonie —observó la mujer mientras tomaba con delicadeza el rostro de su hijo y lo examinaba—. Cada día qué pasa te pareces más a tu padre. —Mantuvo su mirada fija unos segundos más en su hijo hasta que finalmente la desvió hacia las princesas, cosa que no pasó desapercibida por el chico.