CAPÍTULO XXXII

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A la mañana siguiente, los príncipes se encontraban desayunando en la carpa principal a excepción de uno de ellos.

—¿Dónde está Jake? —preguntó Ni-ki.

—Se fue esta mañana a Hemia —les informó Sunghoon. Cosa que hizo enojar a Selina pues ella estaba muy renuente a esa idea.

—¿Sin nosotros?

—Quería tener todo preparado para nuestra llegada.

—¿A cuántos días de distancia nos encontramos de Hemia? —preguntó Altea.

—Realmente no lo sé, una semana o dos. Partiremos de aquí al terminar el desayuno así que espero estén listos para entonces. —Los observó el pelinegro con seriedad.

Continuaron desayunando en silencio y, tal y como Sunghoon lo dijo, apenas terminaron su desayuno, partieron con dirección al reino de Hemia.

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Los días pasaban con lentitud, pronto llegarían a Hemia pero todavía faltaba un largo trecho por recorrer. A diferencia del viaje anterior, este era más tranquilo y feliz, pues cada vez que se detenían a descansar, los príncipes se ponían a jugar todo tipo de juegos para pasar el rato.

Selina se encontraba sentada en una piedra con la mirada perdida en el bosque, había estado así todo el viaje, cosa que no había pasado desapercibida por su hermana mayor. Aprovechando que no había nadie cerca que pudiera escuchar, Reika se sentó a su lado sobre la piedra.

—¿En qué piensas? —preguntó con curiosidad.

—Nada importante —intentó mentir.

—Si crees que me lo voy a creer entonces estás muy equivocada. Vamos, cuéntame lo que sucede —pidió dándole un empujón juguetón pero siguió sin obtener respuesta alguna—. Bien, si no me lo quieres decir por las buenas entonces supongo que tendremos que jugar a las adivinanzas —suspiró con la esperanza de que su hermana le soltara la sopa pero ella se mantuvo en silencio—. Bueno, dado que no abandonaste Ylia con el mejor humor del mundo, mi primera idea es que algo de lo que sucedió ahí te sigue molestando. —Su hermana frunció un poco el ceño, dándole la razón—. Gracias, ya tengo mi primera pista. Entonces, mmm... —La observó pensativamente—.  ¿Es por qué Jake te rescató en la biblioteca de Boreas? —No hubo respuesta ante aquello— ¿Es porque tenemos que regresar a Erontios? —Nuevamente no hubo respuesta— ¿O acaso se trata sobre lo que pasó la última noche con Larissa? —Esto hizo que la menor la volteara a ver con cierta sorpresa—. Vamos, ¿acaso creíste que podrías ocultarme algo cómo eso? Soy tu hermana, tontita, sé muchas cosas sobre ti y soy muy observadora. —Las mejillas de Selina se pintaron de rosa y bajó la mirada algo avergonzada—. Háblame de eso Sel, tienes que sacarlo de tu pecho, sólo así lograrás sanarlo. —Los ojos de la menor se llenaron de lágrimas sin que ella pudiera evitarlo.

—Me gustaba mucho, me gustaba Larissa —admitió por primera vez en voz alta mientras varias lágrimas escapaban de sus ojos.

—Lo sé Selina, sé que ella te gustaba y que eras correspondida —comentó tomando su mano en forma de apoyo.

—Yo por primera vez pensé que finalmente podría tener una vida tranquila junto a alguien que realmente me amaba —confesó mientras lloraba con fuerza.

—Pero todavía puedes hacerlo, ella regresará sana y salva de la guerra, podrás verla nuevamente y si eso deseas...

—No, no puedes decir eso Reika; estuve esperando a Kai por años, no haré lo mismo. No me romperé el corazón de ese modo otra vez —Reika mordió su labio inferior, era la primera vez en varios años que su hermana mencionaba el nombre de su primer amor y claramente recordaba como eso la había llevado a sufrir al borde de casi terminar con su propio castillo debido a la tristeza—. Es que... es tan injusto. No puedo enamorarme sin que terminen yendo a la guerra o... o... —La mayor puso una mano en el hombro de su hermana, sabiendo que la palabra que buscaba era "traición"—... ¿Es egoísta odiarlos por eso? ¿Por elegir la guerra antes que a mí? —cambió repentinamente de tema. La mayor negó.

Taken (Segunda parte de Cursed-Blessed)Where stories live. Discover now