CAPÍTULO XXV

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Al salir el sol Selina abrió los ojos, giró sobre la cama esperando encontrarse con Larissa pero en lugar de eso, lo único que halló fue el colchón vacío. Se levantó de golpe, se puso lo primero que encontró de su ropa y salió corriendo hacia el pasillo con la esperanza de lograr detenerla para poder despedirse de la forma correcta. Corrió descalza por todo el lugar llevándose varias miradas curiosas de parte de la servidumbre. Finalmente, atravesó la puerta principal siendo recibida por el frío aire invernal. Afuera simplemente se encontraban los príncipes Sunghoon y Jake, quienes habían despertado horas antes para despedirse de la reina Caillhely y del ejército.

—¡No! ¡No! ¡Maldita sea! —se quejó la chica mientras pateaba un cúmulo de nieve repetidas veces con evidente enfado—. ¿Por qué no me despertó? ¿Por qué carajos me quedé dormida? ¿Y si no la vuelvo a ver?

—¿Selina, estás bien? —La voz del príncipe de hielo la sacó de sus pensamientos e hizo que lo volteara a ver. Tanto Sunghoon como Jake estaban preocupados por la apariencia de la chica, quien lucía totalmente desaliñada y se encontraba a medio vestir.

—Se fue Hoon. Ella se fue. —Alcanzó a contestar la muchacha antes de soltarse a llorar. Lentamente se dejó caer al piso hasta terminar por hacerse un ovillo.

Jake quiso avanzar a ella, tomarla entre sus brazos y consolarla. No soportaba verla sufrir de ese modo. Dio un paso hacia ella pero fue detenido por su amigo, quien le negó con la cabeza. En su lugar, el más alto se acercó a la chica.

—Hey, calma, está bien Selina.

—No me pude despedir de ella, Hoon. No me pude despedir —lloriqueó. El muchacho se sentó a su lado y la rodeó con sus brazos en un intento por consolarla—. ¿Qué haré si la pierdo? No puedo perder a alguien más a quien quiero. —Sus lamentos se intensificaron.

Jake se mantuvo alejado mirando la escena con frustración y tristeza mientras sentía como su corazón era nuevamente apuñalado. Se sentía impotente e inútil, pero sabía que debía ser precavido si quería poder arreglar las cosas con la princesa.

—Shhhh. Ella estará bien. Te lo prometo. Larissa y Taehyun son de los mejores soldados de todo este reino. Ambos estarán bien. —Lo último lo dijo en un intento por convencerse a sí mismo. Sus palabras lograron tranquilizar a la princesa, cuyos lamentos comenzaron a aminorar.

Cuando Selina finalmente se tranquilizó, limpió el residuo de las lágrimas de su rostro con fuerza y se levantó junto con el pelinegro. Por un breve instante, su mirada se cruzó con la de Jake, pero la apartó con velocidad. No estaba de humor para ver el rostro del chico.

—Será mejor que entremos o podrías resfriarte y no quiero que Reika se enoje conmigo por no haber cuidado de ti —comentó su cuñado mientras comenzaban a subir las escaleras.

Jake los siguió en silencio y no perdió el tiempo para quitarse su chaqueta con intención de dársela a la princesa. Se acercó a Selina para colocar la prenda sobre sus hombros, pero se detuvo al instante al notar una marca roja sobre la blanquecina piel de la chica. No era estupido, sabía que eso no se trataba de un moretón cualquiera y también estaba seguro de que este no existía un día atrás. Controló su impulso de hacer una pregunta o algún comentario al respecto y simplemente dejó la chaqueta sobre los hombros contrarios.

—Gracias —soltó Selina con sinceridad mientras miraba al chico, pero Jake no la volteó a ver, no podía hacerlo cuando el corazón le dolía de esa forma.

—Tengo que ir a arreglar unas cosas, los alcanzo para el desayuno —se excusó el príncipe de Hemia antes de separarse de ellos.

Jake caminó por el castillo sin rumbo fijo, sentía un fuerte dolor en el pecho y aquel conocido agujero que se formaba en su estómago cada vez que se sentía morir. Le picaban los ojos y sentía como todo el aire de su cuerpo abandonaba su ser lentamente. El muchacho terminó por meterse a una de las habitaciones vacías y se dejó caer con pesadez sobre el primer sillón que encontró en su camino antes de soltarse a llorar amargamente.

Taken (Segunda parte de Cursed-Blessed)Where stories live. Discover now