CAPÍTULO XII

57 11 7
                                    

Reika se encontraba trabajando en organizar unas cosas para la fiesta. Estaba sentada en el despacho que la reina le había asignado para que pudiera trabajar en paz. Llevaba días enteros en aquello, la reina era sumamente demandante, cambiaba de opinión varías veces al día y hacía que la muchacha reorganizara todo y fuera varias veces al pueblo para hablar con los mercaderes para comprar comida y productos. Además, todavía le preocupa su hermana, aunque afortunadamente no tenía mucho tiempo para pensar en ello debido a su trabajo.

La chica soltó un suspiro, se recargó sobre el escritorio y comenzó a acariciar sus sienes. El estrés que sentía hacía que le doliera la cabeza al igual que la espalda. Estaba harta de todo eso, simplemente quería arrojar los papeles e irse a descansar.

En ese instante alguien tocó gentilmente a la puerta, ella contestó con un simple "pase" y se preparó mentalmente para recibir a su futura suegra. Para su fortuna y sorpresa, quien entró al lugar fue su novio y no la reina.

—¿Qué tal todo, amor? —Sunghoon le sonrió ampliamente.

Reika se levantó de su lugar y caminó hasta donde él se encontraba para atraparlo en un fuerte y desesperado abrazo.

—Gracias a las estrellas eres tú. Creí que se trataba de tu madre. —El chico rió con sus palabras e inició a acariciar sus cabellos con gentileza.

—Supongo que nuevamente te has pasado todo el día trabajando. —Reika asintió mientras enterraba su rostro en el pecho de su novio para así poder inhalar mejor su perfume, cosa que logra tranquilizarla.

—Otra vez me duele la cabeza —se quejó.

Sunghoon la abrazó con más fuerza y dejó suaves besos por toda su cabeza haciendo sonreír a la muchacha ante los mimos que recibía.

—Salgamos de aquí —soltó el pelinegro sin pensarlo dos veces—. Te llevaré a un lugar que hará que te sientas mejor.

—Pero tengo muchas cosas que hacer. Tu mamá se enojará conmigo si no las termino y... —El más alto puso un dedo sobre los labios de la chica para hacerla callar.

—Has trabajado mucho estos últimos días, te mereces un descanso.

—Pero... —Esta vez el chico la calló con un dulce beso, haciendo que a la peli plateada se le olvidara el motivo por el cual discutían.

—Sígueme —susurró Sunghoon sobre los labios contrarios antes de tomarla de la mano y salir juntos de ahí.

Los chicos anduvieron a hurtadillas por el castillo evitando a los guardias y sirvientes hasta salir del lugar. Fueron a las caballerizas y montaron juntos a un caballo negro el cual los llevó varios kilómetros lejos de ahí hasta llegar a lo alto de una colina donde se notaba con facilidad el vapor que la cubría al igual que el olor a sal que existía ahí.

—¿Dónde estamos? —preguntó la princesa con curiosidad mientras desmontaba el caballo, todo el lugar estaba cubierto de un vapor extraño que no le permitía ver bien.

—Ya lo verás. —Se limitó a contestar el muchacho con una sonrisa traviesa en el rostro.

Caminaron tomados de la mano por algunos minutos hasta que finalmente llegaron al lugar de donde provenía todo ese vapor. Se trataba de múltiples piscinas de agua hirviendo las cuales poseían un magnífico tono azul que sobresaltaba sobre la piedra blanca.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Taken (Segunda parte de Cursed-Blessed)Where stories live. Discover now