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No se necesita un título.

¿Y si le dijera todo lo que sucedía ahora en ella? ¿La rechazaría como siempre?

-Tzuyu- llamó la rubia a la chica que se encontraba justo delante de ella preparando el desayuno.

-Dime- siguió moviendo el contenido de la sartén.

-Gracias- no tenía el valor para decirlo, en realidad era la quinta vez en el día en que estaba apunto de hacer aquella pregunta pero por miedo cambiaba el tema o terminaba diciendo gracias.

La castaña rio -¿Otra vez gracias? A este punto creeré que estás jugando.

-Solo quería decirlo.

(...)

-¿Y entonces que son?- preguntó animada Mina, eso de hacer llamada en las tardes comenzaba a hacerse una regla en su amistad.

-Nosotras somos amm..- lo pensó un poco -No lo sé.- su voz se apagó un poco ¿Qué eran?

-¿Qué? Creí que ya tenían algo.

-Si bueno, tenemos una unión, una conexión.

-Sana no creo que sea la mejor respuesta.- dijo en un tono divertido.

-Mejor hablemos de ti- la rubia cambió el tema y la pelinegra inmediatamente entendió que no siguieran hablando de lo otro.

La rubia oía a su amiga pero no prestaba atención del todo a lo que decía, la pregunta anterior le incomodaba y molestaba tanto.

(..)

Otro día en la escuela, la taiwanesa fue por ella a su salón para salir almorzar algo y también para llevarla de camino a casa o a su departamento, algo que durante las últimas semanas ya era común, los primeros días fueron realmente una grata sorpresa para la nipona quien se ponía feliz.

Luego de clases la taiwanesa siempre tenía planeado algo, cada día de la semana la llevaba a un lugar distinto donde ambas podían divertirse.

Como justo ahora que se encontraban en una gran pista de patinaje y la taiwanesa ayudaba sosteniendo a la rubia para que está no cayera y se lastimara.

-Tu mano está mejor, pronto la cicatriz desaparecerá- dijo la castaña mientras acariciaba el dorso de la mano de la rubia. -No te vuelvas a lastimar.

Sana observó con total admiración a la castaña ¿Podría corresponderle ahora?

-Tzu- sentía como los nervios comenzaban a invadir su cuerpo, no quería arruinar lo poco que tenía ahora, pero necesitaba saber el que eran porque aquella pregunta era realmente molesta hasta el punto de no dejarla dormir. La taiwanesa alzó una ceja en señal de que hablara -¿Qué somos?

La castaña desvío un poco la mirada y miró hacia arriba frunciendo un poco los labios -No lo sé, ¿Amigas?- dijo un poco obvia y dudosa.

-¿Las amigas lo hacen?

-Sana, no de nuevo por favor.- suplicó ella tampoco quería arruinar el momento.

-Tzuyu, solo necesito saber- su voz un tanto diferente y sin ánimo, parecía temerosa -¿Podemos tener algo de verdad?- sus ojos implorando por una respuesta agradable

-Esto es verdad.

-Me refiero a algo real, un tú y yo sin terceros, una relación normal. ¿Podemos ser algo?

-Lo siento, solo puedo ofrecerte esto- la castaña no mentía, no podía darle más que una relación casual -No me gustan las relaciones ni atarme a ellas.

-Tzuyu- la nipona casi llora al llamarla.

-Olvídalo, deja de decir estupideces por favor.- se levantó de la banca un tanto irritada -Te espero en el auto.

Ninguna de las dos dijo algo en el camino, la castaña solo condujo y aparcó el auto delante de la casa de la nipona dónde está se bajó y solo caminó hasta su puerta.

(...)

Lunes terminó, la tarde cayó. La nipona caminaba hacia su casa hasta que una linda castaña se atravesó en su camino.

La pasaría de largo, claro que lo haría estaba decidida a hacerlo sino fuera porque la chica extendió un par de chocolates.

-Lo siento- eso era nuevo, la castaña nunca antes se disculpó. -Soy una idiota, no debí hablarte así.- suspiró un poco antes de darle un abrazo algo torpe, la nipona no sabía que decir la castaña cada día le sorprendía.

-Tzuyu- quería terminar en ese instante con la taiwanesa, pero el aroma que la chica desprendía no la dejaba ni tampoco el cálido abrazo que le estaba ofreciendo, el palpitar tan fuerte de su corazón tampoco le dejaba hacerlo.

(...)
Ahí estaban las dos recostadas, como de costumbre solucionaron las cosas teniendo relaciones.

"Soy una estúpida" se dijo Sana, Momo también le decía eso a menudo, tal vez no con las mismas palabras pero sabía que eso pensaba de ella, probablemente Mina y Tzuyu también lo hacían.

No podía dejar de jugar con la cadenita que se encontraba en el pecho de la castaña mientras estaba acariciaba su espalda.

-Sabes bien lo que somos, no necesitamos un título.- soltó tan de repente la taiwanesa

-No sé que somos- respondió tímida y en voz baja.

-¿Necesitamos saberlo?- le regaló una sonrisa -Lo importante es que nos la pasamos bien juntas y estamos de acuerdo en eso.

Sana no entendía, la taiwanesa parecía disfrutar causarle aquel sufrimiento o simplemente no se daba cuenta de lo mal que la dejaban sus palabras.

"Me siento como una puta" pensó la rubia antes de salir de la habitación.

(Not) Us /SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora