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Te dije que me gustabas y me dijiste "No estés bromeando" pero, ¿Por qué mentiría, es muy claro que estoy enamorada"

— Si te espero ¿Podría servir de algo?

— La paciencia no cambiará lo que siento por ti, Sana.

—¿Al menos tengo una oportunidad?

— No, no quiero que te hagas ilusiones, tú y yo simplemente pasamos buenos ratos, pero no te estoy buscando para algo más, nunca tendremos una oportunidad juntas

"Somos perfectas juntas, pero nunca seré la indicada..."

Tarde por la noche, dos chicas en una habitación. Una rubia y una pelinegra conversan tiradas en la cama.

Hace rato que estaban en esa posición, Sana había llamado a Mina porque se sentía sola y la pelinegra siempre le dijo que contara con ella en cualquier momento.

—Mina, está decidido me olvidaré de Zhou. No me digas nada aún— hablo la rubia —Esta vez será en serio o eso intentaré

—Si eso te hace sentir mejor, hazlo, inténtalo una y otra vez— la pelinegra le regaló una sonrisa.

Ambas veían una película y reían de vez en cuando, no sabían cómo pero lo que era una noche tranquila se había transformado en una noche de risas, sin llantos donde el nombre de una linda taiwanesa no estaba permitido y estaba más que olvidado por lo menos en esas horas.

—Hey, basta— decía Sana entre risas ya que la pelinegra le hacía cosquillas —Mina— carcajadas y más carcajadas inundaban aquella habitación.

Segundos después Sana quedó encima de la pelinegra, esa posición las puso a ambas tensas, se miraban a los ojos, las dos sabían que tenían que hacer pero ninguna se atrevía a hacerlo por temor. Pero al final el que no arriesga no gana, Mina tomó impulso para levantar su cuerpo y romper aquella tensión, los labios de ambas se tocaban, la pelirrubia tardó unos segundos pero correspondió con el mismo deseo, Mina se levantó poco a poco hasta quedar sentada sobre la cama mientras que la rubia quedó a horcajadas, ninguna se preocupó por los segundos solo sabían que estaban disfrutando el momento o al menos eso quería creer una de ellas.

—Lo-lo siento— la rubia se había encargado de romper el beso, con la respiración agitada y la cara un poco roja por la vergüenza se levantó para sentarse en la esquina de la cama.

—No, no, no— negó la pelinegra —Perdoname a mí, no era mi intención besarte, solo me dejé llevar.— los nervios en su voz era notable, no sabía que tenía que hacer —Lo siento tanto, Sana yo ... Será mejor que me vaya.

La rubia se había quedado pensando en aquel beso, a diferencia de los besos que había compartido antes con Tzuyu este tenía algo que no se explicaba, era una mezcla de sentimientos que aún no lograba distinguir, pero sabía que era una idiota no podía hacerle eso a Mina.

(..)

—Hey— la voz de Tzuyu la sacó de su trance —Te llamé varias veces, ¿sucede algo?

—Nada— dijo un tanto distraída, era la hora de receso pero no había ni tocado su almuerzo, no dejaba de repetir la escena del beso con Mina en su cabeza, no sabía cuánto tiempo o cuántas veces se había tocado los labios pues no podía dejar de imaginar la suavidad de los labios de la pelinegra.

—Pensaba que hoy podíamos ir a....

—Tzu hoy no tengo tiempo

Tzuyu no sabía que decir era la primera vez que Sana le decía que no podría, por lo regular casi siempre era al revés. Soltó un poco de aire por no poder formular una palabra —Esta bien...

(...)

Durante la tarde Sana planeaba cómo hablarle a la pelinegra sin que fuera incómodo, era increíble como durante las últimas cinco horas luego de salir de clases no había pensado en ningún momento en la taiwanesa, toda su atención estaba puesta en la chica pelinegra.
(..)

La rubia había logrado disculparse correctamente con la nipona pelinegra, era gracioso porque ambas estaban buscándose por la misma razón y al momento en que tenían que hablar ninguna podía.

Durante la última semana habían salido casi todos los días, incluso cuando Tzuyu le llamaba a la rubia está le decía que no podía pues tenía un compromiso más importante que atender.

—Sana, ¿Quisieras ir a comer algo conmigo y luego ir a ...— ni siquiera terminó su frase pues la rubia hizo un gesto de pena. —¿Que sucede?

—Había quedado de ir con Mina al centro comercial, lo siento.

La taiwanesa se sentía extraña ante ello, era la décima vez en la semana en que la rubia le rechazaba una invitación.

Dos semanas más tarde la taiwanesa seguía intentando invitar a la rubia pero no había tenido éxito, entonces lo supo Sana no era la misma y es que no la miraba con el mismo brillo en los ojos  "Algo cambió en ti, realmente no me miras como solías hacerlo"

Una semana más tarde logró que la nipona aceptará su salida, preparó una cena preparada por ella pero enmedio de la comida la chica recibió una llamada y sin esperar si quiera a terminar se marchó dejando a la taiwanesa sola

—¿Pasó algo? ¿Quien era?— preguntó la taiwanesa antes de que la rubia se retirara

—No la conoces, debo irme Tzuyu te veo luego.

"Dices que saliste con alguien que no conozco, llamabas a otra persona en tu teléfono"

—Preparé tu comida favorita pero tú ni lo notaste — murmuró la taiwanesa cuando se quedó sola en la puerta de su departamento.

Tzuyu suspiró "Tal vez solo fue su madre"

A quien engañaba, era claro que no era su madre, era alguien más ella lo sabía, después de todo ya ni siquiera la mira como antes.... Sana ya la parece estar olvidando.

(Not) Us /SatzuМесто, где живут истории. Откройте их для себя