𝑃𝑟𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜

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Me miré al espejo un poco dubitativa acerca de mi nuevo estilo, no era que me molestara o algo, al contrario era tan demente que combinaba a la perfección con la verdadera yo, anarquista, descarriada, sincera pero sobretodo libre, aceptar esta nueva aventura era la mejor decisión que he tomado los últimos meses en definitiva.

Hace unas horas había dudado de la invitación de mis amigos a ese lugar pero era parte de mi actual trabajo de medio tiempo o mejor dicho era parte de mi pasatiempo e insignia como co dirigente del caos y me esperaban, ventajosamente la temática era específica así que si iba de esta manera nadie me reconocería, el mejor plan que se me había calado en mente y fue aprobado por él.

Daban ya las 21:00 h y Nan estaría pronto aquí para ir en dirección a Paradis por lo que procuré verme una última vez en el espejo antes de que mi amiga anunciara su llegada "perfecto, preciso y nadie sabrá quién soy en realidad" hablé para mí misma mientras notaba como el pantalón negro de cintura se apretaba a mi cuerpo, en tanto el corset negro con rosas platinadas en la parte superior de la copa hacía su elegante aparición solo confirmando mi excelente decisión, era cierto que no tenía los senos más prominentes del mundo pero el corset ayudaba a acentuar una curvatura digna de una figura ligeramente más visual, me quité los lentes dudando por unos segundos, si usaba las lentillas por estética perdería un 40% de mi vista, era eso o exponer mis ojos y ese sería un riesgo que no correría así que me armé de valor colocándome las lentillas ámbares con brillo y matiz purpúreo para luego notar como la miopía se apoderaba de mi alma, un poco de maquillaje y mascara en mis pestañas, el celular hizo su entrada triunfante mientras la foto de Nanaba asomaba en la pantalla, me coloqué uno de mis audífonos bluetooth y respondí.

~Nan...

~Han estoy abajo, te espero.

~Voy, voy.

Colgué rápidamente mientras al apuro me colocaba unos botines de tacón aumentando un poco mi altura, yo tenía 1.70 m. pero estos tacones de 5 cm. lograban darme más presencia, nadie sospechará de mí, volví a darme confianza en el espejo para usar el toque final y tras batallar unos 10 minutos con el "detalle ganador" salí corriendo de mi departamento mientras Nanaba nuevamente llamaba pero esta vez procuré no responder porque ya conocía su humor cuando me tardaba, finalmente asomé a través del porche para ver su auto estacionado y ella dentro ya con una mueca de molestia, corrí hasta su volkswagen último modelo y entré en el lugar del copiloto mientras observaba como mi rubia amiga no podía emitir siquiera palabra por su desencajada mandíbula.

~¿Qué? Sabes que nadie debe reconocerme y ustedes prácticamente me obligaron a formar parte de la reunión.

~Carajo... ¿Eres realmente Hanji Zöe?.

~Han... solo Han, no te ocurra decir mi nombre completo en Paradis.

~Deberías considerar usar otro nombre o al menos un alias, tendrás a medio mundo cazándote... no tenía idea de que podías ser tremenda.

~Oye cállate no es para tanto.

~¿Bromeas? Espera que Erwin, Mike y Moblit te vean, entenderás lo que te digo.

~Maldición.

~Quien lo diría, nuestra pequeña Hanji, la dulce prodigio de Sina toda una anárquica, secundante de los veteranos que causarán desastres en la ciudad entera... ternurita, mira nada más la fiera en la que estás convertida.

𝑀𝑎𝑠𝑞𝑢𝑒𝑟𝑎𝑑𝑒 ~𝐿𝑒𝑣𝑖𝐻𝑎𝑛~Where stories live. Discover now