𝑀𝑎𝑠𝑞𝑢𝑒𝑟𝑎𝑑𝑒 ~𝐿𝑒𝑣𝑖𝐻𝑎𝑛~

𝑋𝑋𝑋𝑉 𝐸𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑎𝑑𝑜𝑠

¿Han tenido aquella sensación de los recuerdos ausentes? De la familia que no tiene vínculo sanguíneo pero te amó incondicionalmente, de las miradas cariñosas y los lazos de hermandad únicos y mágicos.

Esa visión fue la mía y estoy segura desde que nací que estuve destinada a conocer su bondad, mi mamá nunca me contó lo real de mi destino hasta hace poco pero recuerdo claramente que aunque en mi hogar existió una ausencia paterna tuve mucho amor de parte de mi madre y una joven que éramos su todo, crecí viendo sus sonrisas y aunque acepto que mi actitud jamás se vinculó a la personalidad de ella sí que la adoré hasta el día que simplemente se marchó, mamá me explicó que ella debía seguir su camino por la peculiaridad de su apellido lo cual posiblemente le traería problemas en el futuro, yo apenas era una niña así que no comprendía del todo la disparates que me explicaba mamá mientras yo yo mi desconsuelo buscaba a Hanji.

Claramente lo entendí más tarde cuando al cumplir los 15 mamá me comentó el origen de nuestras familias una breve explicación de quien realmente era Hanji y por supuesto mi linaje maldito de una Ackerman, aunque hubiese despreciado a Hans por esos años sin duda en el momento que me enteré quien era yo la comprendí, el legado de sangre con el cual no deseábamos cargar nos estaba destrozando la vida.

Luego vino las presentaciones formales con Kenny, la revelación del verdadero destino que tuvo mi padre, mi instinto de pelea en la sangre, los entrenamientos y finalmente descubrí la existencia de uno de mis primos... Levi Ackerman pero tenía prohibido verlo o conocerlo incluso acercarme sorpresivamente a hablar por dos motivos, al parecer el tal Levi era totalmente apático y el segundo motivo más importante yo tenia prohibido siquiera mencionarle mi existencia en caso de que pudiésemos hablar, nunca comprendí el motivo de tal cautiverio pero los años pasaron, mis entrenamientos culminaron y conocí a dos personas importantes por alguna treta del destino, Eren y Armin eran todo lo bueno que tenía a mi alrededor y nos vinculamos tanto al grado que un día Eren nos contó una historia pero con su mirada opaca sabía lo que significaba... los caóticos problemas de nuestra sangre.

~Años atrás casa de Eren~

El pequeño pero cálido departamento del joven ojiverde receptaba a dos invitados dejando a un dueño de casa como gran anfitrión, Eren servía un poco de jugo con bocadillos de masa salada a Armin y Mikasa los cuales con calma aceptaban agradecidos, no era la primera vez que los dos jóvenes visitaban a Eren pero sí era una de las pocas veces que el ojiverde los trataba con una hospitalidad un tanto hostil, Mikasa observaba atenta cada movimiento del muchacho que se había robado su corazón y es que Eren era un joven en demasía agradable y de buenos sentimientos, conocerlo fue una suerte de los cielos según la muchacha de cabello azabache y llegó a conocer lo justo a Eren como para determinar que su accionar estaba demasiado extraño aquella mañana, acertando al pronóstico Eren tras servir todo se sentó con ese extraño semblante y observando a sus dos compañeros habló.

~Quiero que sepan algo muy importante de mi familia que he estado investigando... yo, no sé como lo tomen y si luego de esto no quieren hablar más conmigo lo entenderé.

~E...Eren ¿Qué sucede?.

~Mikasa, dejemos que Eren nos explique todo.

Tras la comprensiva intervención de Armin el ojiverde asintió y Mikasa únicamente guardó silencio para escuchar atentamente.

~Zeke... el problema es Zeke y al parecer mi padre, el idiota de Zeke me ha estado ocultando algo todos estos años y se involucra con la muerte de su madre y la desaparición de la mía, hallé unos documentos en su computadora la semana pasada y no terminé de desencriptarlos hasta hoy, mi padre fue un reconocido médico y científico en la época del caos Quimera, al parecer él y otros científicos lograron detenerlo... Dina la madre de Zeke tiene un vínculo con ello por ende empiezo a creer que Zeke tiene una conexión directa con las curaciones de Quimera...