PRÓLOGO

255 27 17
                                    

La melodía que nos une. Extrañamente, no requerimos de mucho tiempo para descubrir que esta estaba hecha para nosotros. Complementaba nuestras emociones sobre los acordes, junto a una ya fija mirada sobre el otro. El cruce de miradas que ambos manteníamos con una tímida sonrisa en la cara era prueba del eterno amor que palpitaba en el ambiente.

Que latía desenfrenadamente en él.

Era el testimonio perfecto que daba a conocer nuestros sentimientos tan solo por deslizar mis ojos de las finas cuerdas de mi guitarra hacia él. Ascendiendo mi mirada al que conseguía calmar mi tortuosa ansiedad, al que lograba cambiar aquello por unas atípicas sonrisas que no tendía a dedicar yo misma al resto. Pero cuales sí era capaz de dedicarle a él.

Todas y cada una de ellas eran por y para él.

Y rasgueo tras rasgueo. Aumento la velocidad sin ser consciente de la adrenalina que me causa este momento. Hasta que llegamos a ese punto de la canción en el que somos conscientes de que la composición es una perfecta definición que expresa poco comúnmente lo que ambos formamos. Lo que ambos somos.

Eléctricos suspirosWhere stories live. Discover now