Capítulo [25]

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Nada

Alex

Las palabras salieron sin poder procesarlas antes. Mason palideció, bajó la mano que estuvo a punto de tocarme y apretó su puño. Hice lo mismo, solo que no sabía dónde poner mis manos, mis brazos, no sabía dónde posicionarlos.

—¿Qué quieres decir? ¿Un... respiro?

Me limpié las lágrimas con la mano y asentí con la cabeza sin mirarlo. No quería hacerlo, era lo último que quería hacer. Lo último que quería era pasarle mi depresión, mis ganas de morir, lo último que quería era que Mason se sintiera obligado a consolarme por mi problemas familiares. El también tenía problemas como para estar soportando los míos.

En pocas palabras, era injusto.

—Si, un respiro.

—¿Estas... terminando conmigo? —me mira, perplejo. Lo miro a los ojos.

—No, no del todo. Solo... Un respiro. No quiero que te sientas obligado a soportar mis problemas. Quiero arreglar esto, necesito un respiro para poder pensar todo esto. No quiero... no quiero que te aburras.

Suelta un bufido.

—Tú no aburres, nunca podrías hacerlo. Y no me siento obligado a nada, eres mi novia, Alex. Quiero que te sientas cómoda conmigo, quiero que sepas que cuentas conmigo.

—Pero no así, no quiero que pienses que solo te quiero como mi peluche de consolación. Eres más que eso, Mason.

Respira profundamente y se pasa las manos por el cabello, mira de un lado a otro. Pasa saliva y se mete las manos a los bolsillos.

—No pienso que sea tu peluche, no me siento obligado a nada, Alex. Nada de lo que estás diciendo tiene ciencia.

—¿Y lo que tú estás diciendo si la tiene? —se queda callado— Lo estoy haciendo por ambos, tengo tantas cosas encima, tengo tantas ganas de gritarles a todos y decirles lo que pienso. Me siento excluida por mi familia. Me siento tan mal que creo que deberíamos tomarnos un respiro. Tal vez hasta que esto termine, tal vez hasta que yo esté lista para esto.

—No se que quieras que diga, ¿estas terminando conmigo? Porque si es así, creo que deberías decírmelo desde ahora. Porque no puedo pensar una cosa cuando tú estás pensado otra, no puedo irme de aquí pensando en que estamos en un respiro y que tú después digas que terminamos. Necesito estar preparado mentalmente para cualquier cosa.

—Solo será un respiro —digo, finalmente. Mason suelta un suspiro exasperante y se pasa una mano por el cabello nuevamente. Paso saliva, Mason mira el suelo por un momento antes de alzar su mirada.

—Yo... No me lo puedo creer —apoya las manos en su cabeza y mira el techo, suelta una risa. Una risa tan triste que puedo ver cómo sus ojos comienzan a brillar—. Te quiero, ¿puedes creerlo? Te quiero tanto que haría todo lo que me pidieras, te quiero tanto que estoy dispuesto a un respiro con tal de que te mejores.

—Mason...

—No, está bien. No lo había pensado antes, ni siquiera se me pasó por la cabeza. Tal vez tengas razón, necesitamos un respiro —se limpia los ojos—. Espero y tu prima se componga, adiós, Alex.

Es raro el amor ©Where stories live. Discover now