Capítulo [30]

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Ay, a mi me encantas

Mason

Terminaba de regar los globos en la sala cuando tocaron el timbre de la casa. Héctor y Maxi hablaban sentados en el sofá, Jason miraba el móvil y Ansel me ayudaba a regar los goblos. Todos detuvieron lo que estaban haciendo, incluido yo.

El reloj marcaba las diez de la noche. En realidad, la invitación decía «nueve de la noche» para que los invitados llegarán a las diez.

—Caballeros, es hora —dijo de forma dramática Héctor poniéndose de pie.

Los cuatros nos pusimos de pie, Ansel se frotó las manos antes de abrir la puerta. Sacudí todo el cuerpo como lo dramático que estaba volviéndome, Jason se quedó se brazos cruzados con la mirada en el suelo. Héctor se persigno.

Cuando abrimos la puerta, recibimos a unos amigos de la facultad. Tenían una botella de vodka en la mano y los dejamos pasar, antes nos saludaron con un abrazo. Luego entraron un grupo de chicas, eran unas seis. Traían vino rosa, Bacardí y jugo de naranja.

—Hola, chicos.

Nos saludaron de beso y entraron a la casa, Jason y Ansel se marcharon para poner la música. Me dediqué a recibir a todos los invitados que apenas llegaban. La siguiente la conocía muy bien, era la hermana de Héctor, Hedel. Persona que no invitamos.

—Hola, hace tiempo no te veía —me dice. Bate sus enormes pestañas y juega con un mechón de cabello rubio.

—Entra antes de que Héctor te vea —espeto. No puedo decirle que se vaya, ya está aquí.

—Ven, Sam —le dice a su amiga pelirroja.

Sonrió cuando veo a mis compañeros de la práctica. Es un grupo de tres chicas y un chico, me muestran la botella de whisky que han traído con una sonrisa y entran a la casa.

Así estoy durante casi media hora hasta que la casa comienza a llenarse y voy por un trago.

Busco a mi novia por todos lados, trato de ser lo más disimulado posible, pero es casi imposible. Ella resalta entre toda esta gente. La encuentro paseando por el patio, acomodando los vasos que están en la mesa con bastante concentración. Tiene la nariz arrugada y se muerde el labio.

Llego por detrás, le pellizco la cintura, voy a darle un beso cuando salta y se aleje de mi.

Figlio di puttana! —masculla, al verme, se sube una mano al pecho— Non farlo Mason!

Una sonrisa decora mi rostro, escucharla hablar en italiano me encanta. Me quedo observado lo que trae puesto, es un vestido color negro de manga larga, hay una abertura en su pierna izquierda y lleva medias negras. Se ve increíble, no puedo decirle lo mucho que me gusta porque creo que ya lo sabe.

—Te ves increíblemente preciosa, no puedo creer que seas mi novia.

Ella se ruboriza y yo soy el hombre más feliz del mundo.

—Hoy voy a emborracharme —agarra una botella de vodka y se la empina.

Abro los ojos y le ayudo a beber de la botella antes de que se haga un desastre y se termine manchando. Logra quitarmele y me la impina a mi.

—¡¿Por qué empiezan sin mi?!

Veo de reojo a Mikaela que trae a rastras a Atenas, Ansel viene detrás de ellas y Jason aparece de la nada. Se ve muy serio.

Me alejo cuando siento el vodka quemarme la garganta. Me la paso a duras penas, Alex nos da un vaso a cada quien, sirve a todos. Si soy sincero, no soy fan del vodka, soy más de bebidas como el Bacardí con algo de jugo o refresco.

Es raro el amor ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin