Capítulo ιβ'

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Desnudo.

Cosmo Hoover.

19 años. Tres años atrás.

Siria.

Miró mi alrededor y observó desde mi posición a un niño, un niño ¿que mierda hace un niño aquí? Mi mirada cae a los ojos del capitán Luttent.

         —¿Qué mierda hace un niño aquí? —le grito al capitán que me mira.

         —Hoover a la azotea que nada le de al niño, los demás conmigo extractión debemos sacar a ese niño de la zona de guerra. —dice el capitán tomó el fusil y la mira telescópica, subo por la cuerda hacia el exterior del edificio hacia el techo de barro del edificio desboronado, que nos sirve como trinquera, subo trepando mis manos arden y es la primera vez en dos días que dejo de disparar y mis manos soltaron el metal frío de la arma.

Cada soldado de las FMSE si quiere ascender a teniente debe haber vivo una guerra en el frente, debes o ir a la selva, ir a un desierto o combatir en zonas altamente riesgosas, estar en la zona de guerra es un requisito básico para ascender a un nuevo rango.

Llevó más de 3 semanas en Siria pero el dolor mental y físico es impresionante, no he dormido en más de 48 horas no he comido y no he descansado en todo este tiempo, nuestros enemigos a los cuales debemos apaciguar lograron llegar hasta esta base que es la segunda no sabemos como lograron pasar nuestra primera trinquera pero no debemos dejar que avansen.

           —Hoover fuego de cobertura. —no me dejan llegar al techo cuñado ya me están ordenando saco mis dos armas y disparo hacia los edificios desde donde me disparan veo como el cielo se enciende en llamas y como pedazos del edificio inician a caer, gente grita y corre veo al niño por mi mira telescópica y lo veo sonreír.

            —Señor hay un problema, ese niño no me parece de fiar. —digo y lo veo esta en medio de todo ese escombro, de toda esa mierda y lo veo sonreír ningún niño en esta situación estaría sonriendo.

Veo como el capitán corre disparando con todo un grupo de soldados de élite, estamos bajo el mando de un apersona que hace parte del grupo de operaciones especiales así que le debemos obediencia absoluta, lo vuelvo a mirar esta vez siento que ese niño me observa me mira a mi y su sonrisa se ensancha.

           —Mi capitán, permiso para dispararle al infante. —digo observando al niño, el ruido de balas no deja de sonar en mi cabeza pero de tantas balas que he escuchado durante estos dos días me he acostumbrado, el casco me ayuda con el sonido pero de todas formas este nunca para y oculta el martilleo de mi cabeza.

            —Permiso denegado mierda inservible como carajos le vas a disparar a un niño por dios solo tiene unos seis años. —Me dice la teniente, veo como mis compañeros, soldados, se acercan por el, en medio del fuego cruzado, en medio de las rafajas de balas, el capitán Luttent ve al niño y corre unos escombros, mi dedo está en el gatillo de mi fusil, el niño sale de debajo de los escombros y los soldados de mi escuadrón lo miran.

Este sonríe más y jalo el gatillo haciendo caso omiso a mi capitán, la bale sale demasiado tarde por que el niño preciona su mano y veo como explota junto con toda mi tropa.

Actualidad.

Cuando Adara sale por la puerta de madera pequeña, la dejó marcharse, la dejó alejarse, mi corazón está a mil y si cabeza se niega a aceptar que ella se durmió en mi pecho por horas donde solo pude sentir si peso sobre mi.

Mi corazón esta a mil y mi cuerpo extraña el peso, su peso, su calor, su aroma en mis fosas nasales, su cabello suave entre mis manos, extrañaba su precencia y me deguste con esta tarde, la seguí con mi mirada observándola caminar y después de un momento mi vista la perdió de enfoque y solo camine hasta mi coche, en este puse destino la casa de clara, al llegar a la casa de mi abuela  me pongo un traje algo formal, o eso me dijo que usará Sten me veo bien en trajes me lujen. No intento presumir pero me gusta verme mucho mas en trajes que en el uniforme militar de las FMSE.

Muñecas Infernales. #1 Muñeca De Porcelana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora