Capítulo κδ'

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Un dolor intenso.

Cosmo Hoover.

Adara fue adoptada el día miércoles 24 de febrero en Atenas Grecia se crio desde los dos meses de nacida en aquel orfanato, fue adoptada o mejor dicho comprada por Osiel Gagnon hijo del padre Cristopher Báez. A Osiel el padre de Adara se le otorgó el apellido de su madre Gagnon, su padre fue a parar a Grecia por que quería ser obispo, pero le ofrecieron un puesto como director en un orfanato cristiano el aceptó sin dudarlo.

El padre vendía a los niños, diciendo que se necesitaban donaciones generosas para obtenerlos, cuando el padre Cristopher no supo que hacer con su hijo lo mandó a Villa Brisa con su madre. Ella hacía muñecas de porcelana y las vendía, enseñó a su nieto a crearlas y así fue como se obsesiono con aquellos trozos de perfección.

Le atraían el brillo de los ojos, la ondulacion de su cabello, le gustaba que olieran suave y con olores delicados. El padre Cristopher siempre estuvo en contacto con su hijo, sabía la obsesión que el sentía hacia estas muñecas, así que le enviaba la lista de los niños de los orfanatos. Cuando Osiel vio a Adara se fijo de que era igualita a la primera muñeca que el había creado, quería hacer realidad su fantasía, el tenía 25 años cuando adoptó a Adara.

Pago diez millón de lirios reales, al padre para que se la pudiera llevar  como si nunca hubiera existido. Adara fue la última niña que el padre Cristopher vendió. Osiel trajo a Adara a Villa Brisa y se la presentó a Timea, una mujer que Osiel había secuestrado ya hace tres años, ella fue como su madre durante un año, hasta que el la mató.

El día 24 de abril dos meses después de que fue adoptada. El llegó a su habitación dijo que venía a jugar. Ella emocionada aceptó Osiel le había dado una linda casa, una linda cama, rica comida, muñecas y juguetes y le había dado algo que sólo soñó en el orfanato una familia.

El la miraba raro con un brillo diabólico en los ojos y estábamos jugando cuando de repente le ordenó.

       —Bésame. —le dijo y ella lo hizo beso su mejilla y el aprovecho su cercanía para sostenerla con fuerza —bésame en la boca.

Ella solo tenía seis años y el tenía 25 sabía que eso no estaba bien, le pareció extraño y se intentó alejar. El tenía mucha más fuerza que ella, así que el la beso, se sintió rara y trató de gritar pero el le cubrió su boca con una mano, la llevó hasta su cama y ahí inició a tocarla y acariciarla, sus manos rompieron su vestido color melocotón. Ella gritaba pero no había nadie en aquella casa. Timea había salido y Adara no sabía a dónde.

Paso una mano por su mejilla, sabía que le dolía decirme la verdad, esto ya lo sabía sabía que Osiel abusaba de ella pero siempre duele ver como la protagonista de un libro de terror te lo cuenta, duele ver como, alguien que quiere se abre a ti y cuenta tus traumas cuenta, su dolor y sus miedos, te de muestra la confianza que hay, no sabía porque pero ella también confiaba en mi, la estaba ayudando a desahogarse, le esta brindando unos brazos en los que llorar.

Mientras yo intentaba tragarme mis lágrimas.

El siguió moviendo sus manos, por su pequeño cuerpo, ella lloraba y gritaba, pataleaba, esas fueron una de las primeras lágrimas que ella derramó por el.

Le beso y le sostenía la cara con una de sus enormes manos, seguía besando el pequeño cuerpo de Adara.

     —Eres mía yo te compre. —esa fue la primera vez que el pronunció esas palabras. Siguió llorando y tratando de gritar pero eran gritos vacíos nadie la salvo

       —Las muñecas no lloran. —le dijo Pensó que el había terminado cuando se alejo de ella, pensó que se iría pero se equivoque. El se bajó los pantalones y ella miro algo enorme entre sus piernas, se aterrorizo cuando subió a mirar su rostro, su mirada, se horroriza aún más, había un brillo en sus ojos uno que no logró entender en aquel momento.

Pero que ahora se que ese brillo era por la lujuria que estaba en el. Por la lujuria que el sentía de por haber encontrado lo que más le gustaba, por la pasión que le generaba ver a un ser indefenso y vulnerable bajo su dominio, ver a alguien débil sometido a el, el adoraba ver como me sometía, osiaba mis gritos y mi lamento pero amaba el dolor que me generaba.

Con su vestido roto salió corriendo y el la atrapó, la callo con su mano y la acostó en su cama. Ella pataleaba y el le pego, le pego una bofetada en su rostro que le dejó ardiendo la mejilla, que la dejó adolorida y que la sometió aún más a el, esa fue la primera y única vez que la golpeó.

Introdujo la cosa entre sus piernas, en ella, eso le quemo, le dolió muchísimo, le ardía cada partícula de sh cuerpo, el dolor era insoportable, su piel palpitaba y su cuerpo temblaba, inicio a entrar y salir de ella le dolía, el alma y el cuerpo. Le dolía sentirlo y eso la partió en dos.

Lloraba con mucha más fuerzas pero el no paraba. Le dolían las piernas, le dolía todo su cuerpo. Le dolía todo y ella temblaba de dolor. Fue la media hora más larga de su vida, fue horrible para ella, cada segundo cada vez que insertaba y sacaba su enorme cosa, fue espantoso. Al terminar el salió de la pequeña, ella estaba casi inconsciente, pero en la tela blanca de aquella habitación había sangre, esa fue la primera vez que ella vio tanta sangre esparcida y manchando todo el lugar. Osiel la llevó al hospital después de eso.

Sus órganos reproductores estaban dañados, tanto que su cuerpo dejó de ser un buen hogar para un bebé. Esa es la razón por la cual ella nunca pudo tener un bebé. A los 14 años ella quedó embarazada por primera vez y pasó lo mismo que en el baño pero está vez no fue necesario ir al doctor.

      —La primera vez que pierdes es la más dolorosa. —me dice llorando. Me miraba y mis ojos iniciaron a inundarse de lágrimas saladas y amargas de dolor, ella me trasmitió parte de su dolor. Ella me dejó con le pecho latiendo fuerte, con el alma de sangrando y con el corazón sin respiración, mi cuerpo gritaba su nombre, mi alma reclamaba su alma pero la verdad solo sería nuestro nuevo secreto.

Después de que perdió a su segundo hijo a la edad de 16 años ella se tomó un Frasco lleno de pastillas. Llegaron a tiempo a ella le practicaron un lavado intestinal esa noche Osiel golpeó a Sabina y A Genki por la culpa de ella, las dejó inconsciente pero sin marcas, sabía que a ambas las estaba protegiendo alguien importante.

A Genki Timothy.

A Sabina su persona especial.

      —Las muñecas no se lastiman. —le dijo esa noche mientras el estaba entre sus pierna, ella simplemente se hacía la muerta se acostaba como una tabla y esperaba a que el terminará. Ella seguía deprimida y se inició a auto lastimar, el la descubrió pues vea casi todas las noches su cuerpo.

     —Las muñecas no tienen marcas.

Se Separó de ella y fue al dormitorio que compartían con sus dos hermanas. Ella cerró los ojos y desde la habitación de su padre escucho los gritos de dolor de sus hermanas.

El té le ayudó calmaba su mente y su cuerpo, le ayudaba a sentirse mejor y más relajada. A los dieciocho fue su tercer aborto y a los veinte fue su último aborto.

      —Las manchas me recuerdan a mi sangre y por eso odio recordarla odio recordarla, por que me duele recordar que perdí a cuatro hijos todos de mi padre. —Ella lloraba y yo también la abrazo con fuerza y ella a mi, le beso la frente

     —Adara voy a matar a ese hijo de puto esa rata es peor que su padre

     —¿Qué dijiste? —Se sorprende al escuchar mis palabras y sólo la observó, se que se quito un peso de encima, se que ahora estará un poco más relajada y sin menos cargas.

     —Es hora de que escuches mi historia

Muñecas Infernales. #1 Muñeca De Porcelana Where stories live. Discover now