Joseph te veía desde su asiento. Solo observaba la manera en que hablabas con un chico de la producción. Le molestaba la manera tan cercana que estaban hablando, su mirada reflejaba la molestia que le ocasionaba.
¿Por qué están tan cerca? ¿Acaso es necesario? ¿Por qué esta riendo? ¿Es más gracioso que yo?
"Ey Joseph, ¿A quién ves?", se acerco Charlie al ver que estaba tan concentrado en un punto fijo que se preocupo, y más al ver la mirada de odio que tenía. Se paro a su lado para ver a que punto veía. "Oh ya entendí, ¿Tu asistente hizo algo mal? o ¿Por qué esa cara de odio?", se burlo, pero Quinn lo ignoraba, estaba tan concentrado viéndote que sus palabras no le interesaban. "Ey", dio un golpe con sus manos frente a Joseph para traerlo de vuelta y lo logró, "¿Qué te sucede?"
"No, nada", Joseph se puso de pie y dio la vuelta y comenzó a caminar hasta su caravana, Charlie le siguió.
"Entonces porque esa mirada de odio hacia tu asistente"
Se detuvo para mirarlo, "No solo es mi asistente, es mi novia"
"Ah", Charlie hizo un gesto raro al escuchar eso. "Uh ¿Y por qué la mirada?"
"Nada, nos vemos dentro de un rato", subió a su caravana cerrando la puerta.
A Joseph le molestaba que estuvieras cerca de hombres, no quería aceptarlo pero le causaba celos verte con alguien más. Sabía que tu trabajo lo exigía pero no lo soportaba. Antes fuiste asistente de grandes celebridades, actores bastante guapos y Joseph detesto eso, así que cuando te ofreció que fueras su asistente más que nada fue por eso, no quería verte con alguien más. Y menos cuando tenias que salir de viaje con ellos, eso lo hacia rabiar más. Aunque ser su asistente fue lo mejor para ambos, pasaban más tiempo juntos y era divertido, dejando los celos que sentía cada vez que estabas con alguien de producción.
Se acostó en la cama que tenia y quiso descansar pero escucho como se abría la puerta y seguido de tu voz despidiéndote de alguien. Entraste feliz y fuiste hasta la pequeña nevera para tomar un agua. Viste que Joe estaba acostado abrazando una almohada con el rostro serio y con un puchero. Caminaste hasta él para saber que le sucedía. Te sentaste tocando sus piernas, pero el las quito. Al ver eso sabías que le sucedía.
"Joe, no otra vez", suspiraste dejando la botella en el suelo y te acostaste para quedar frente a él "¿Qué pasa?", tocaste sus labios que aún seguían con el puchero, y solo te dio una mirada seria. Le sonreíste pero el no cambiaba su expresión. "Si no me dices que pasa me voy y te dejo aquí solo", te ibas a levantar pero te tomo del brazo para jalarte y que quedaras sobre él.
