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ー Por favor, mami.
¿Mami? ¿Que?
No dijiste nada, seguías disfrutando de su polla dura. Dejaste de lamer para tomar sus mejillas entre tus manos y separar su labio de sus dientes dejando un beso en su labio inferior.
ー Te dije que no podías hablar.
Le quitaste el vendaje de los ojos, ー Ve a la habitación.
Eddie con pocas fuerzas se levantó caminando hasta la habitación, tu te quedaste llevando contigo la vela que habías encendido, esa que habías comprado una vez que pasaste cerca de una tienda erótica. Eddie ya estaba acostado esperando por ti.
ー Las manos hacia arriba ー amarraste sus manos, dejando ahora libre su vista ー Ahora tu vas a disfrutar de una bonita vista sin tocar, corazón.
Bajaste de la cama quedando a su vista, te desnudaste rápidamente, no querías hacerle un show, querías hacerlo disfrutar con las ideas que tenías en mente. Te sentaste frente a él quedando con las piernas abiertas, tu centro depilado quedo ante él, Eddie amaba darte placer con su lengua y justo en ese momento deseaba probarte. Llevaste tu dedo índice hasta tu boca, succionaste y lo llevaste hasta tu clítoris donde diste un ligero toque circular provocando que gimieras, con tus otros dedos separaste lo pliegues dejando a la vista tu entrada, el cual trazaste, Eddie solo veía la manera en la que te masturbabas, él quería tocarte y que gimieras su nombre.
ー Dejame probarte, por favor. Necesito hacerlo.
ー ¿Realmente lo quieres? ¿Quieres probar lo que tengo para ti?
Asintió mordiendo su labio, te detuviste dejando tus piernas en cada lado de su pecho, llevaste el dedo que estaba estimulando tu clítoris hasta su boca, mordió la punta para después chuparlo, tu delimitaste sus labios dejando ahora tu centro en sus labios, te apoyaste en la cabecera sintiendo como su lengua trazaba una línea desde tu entrada hasta tu punto sensible, su lengua se movia en zig-zag, tus gemidos salían bajos.
ー Ahh lo haces tan bien, sabes como complacerme.
Él siguió con su trabajo animandose al escuchar lo que dijiste, la punta de su lengua hacia movimientos circulares, los sonidos obscenos que se escuchaban te excitaban más, mientras el estaba centrado en tu entrada tu llevaste tus dedos para ayudarle con la atención a tu punto sensible. Estabas cerca podías sentirlo.
ー Toma todo Eddie, hazlo. Demuéstrame que buen chico eres.
Tu primer orgasmo llego, y lo disfrutaste. Eddie siguió lamiendo hasta que te alejaste.
ー No tienes idea de cuanto me gusta esa lengua.
Volviste a tapar sus ojos, te pusiste a horcajadas sobre él tomando la vela que tenías en la mesita, apagaste la flama, dejaste caer un poco de la cera en sus pezones provocando un ligero gemido de Eddie.
ー Amor, las reglas siguen y sabes que no puedes hacer ruido.
Seguiste colocando gotas de cera desde su pecho hasta su ombligo, dejaste la vela y comenzaste a esparcir la cera por todo su pecho, jugazte con sus pezones, haciendo presión sobre ellos. Se estaba aguantando, y decidiste dejarlo gemir.
ー Vamos cariño, dejame escuchar sus bonitos gemidos.
Y fue así como aquellos sonidos volvieron palpitante tu centro, sus muñecas dolían y de verdad necesitaba tocarte pero no hablaría, dejaría que terminarás con él, había deseado esto y no quería arruinarlo.
La cera resbaló perfectamente sobre su piel lisa y brillosa, la sensación en la piel era de otro mundo y no te arrepentiste de haberla usado. Mientras tu seguías dandole masajes en el pecho llevaste tus pliegues entre su polla y comenzaste a moverte, sentía que en ese momento se correría pero tenía que soportar más tiempo, tus pliegues húmedos resbalaban perfectamente, pero ya era hora de sentirla dentro de ti.
Aquella polla ancha y grande abrió tus paredes, Eddie llevo la cabeza hacia atrás recargando la más en la cama.
ー Me abres tan delicioso, podría tenerte dentro de mi tanto tiempo y nunca me acostumbraré a ti.
Tu voz salió como un gemido, apoyaste tus manos a la altura de sus rodillas y comenzaste a moverte, lo estabas matando, los ojos vendados no fue tan buena opción para el, pero si que lo estaba disfrutando. Salia y entraba de ti, sus manos cada vez más hacían presión en el amarre. Tus movimientos se aceleraron y llevaste tus manos a su cuello donde diste un ligero apretón, sus gemidos salieron ahogados y ahora tus embestidas eran más salvajes y duras, tus caderas si que sabían como moverse.
ー Ahhh mami, se siente bien ー sus gritos eran como música para tus oídos, estabas cerca y esperabas que él también, y detuviste tus movimientos ー Ohhh no, por favor
Se quejo, intento mover sus caderas pero lo detuviste ー Estaba tan cerca, muévete, te lo suplico.
ー No
ー Por favor ー tus paredes se contraían en cada palpitar de su polla, sentías como quería moverse por más.
ー Si me dices lo que quieres, puede que lo reconsidere.
ー Mami dejame llenarte, dejame demostrarte lo bien que me has tratado.
Esas palabras fueron lo que querías escuchar, y volviste a moverte pero esta vez más lento, disfrutando más la manera en la que entraba y salía, ya no creías aguantar más y tu segundo orgasmo había llegado, seguiste moviendo tus caderas sobre estimulando tu orgasmo esperando a que Eddie también llegara, y a los pocos minutos sentiste como te llenaba y su líquido salía de ti, bajaste de él, viendo su polla llena de sus jugos, la erección que antes tenía empezó a ablandarse, deslizándose deliciosamente hacia abajo.
ー Qué gemidos más bonitos, para un chico bonito como tu Eddie
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Mientras yo andaba feliz traduciendo cosas puercas, no sabía que me tenían preparado romperme el corazón por eso me tarde en subir esta parte.
