Eddie como cada vez que iba a visitarte disfrutaba estar acostado contigo abrazándolo por detrás, amaba sentirse querido y la tranquilidad que le transmitias cada vez que le hacias cariñitos en la cabeza o en las mejillas.
Había ocasiones en las que estaban dándose besos los cuales subían de intensidad pero ya fuese él o tu se detenían antes de llegar a la siguiente fase, nunca llegaban más lejos que solo quitarse la parte de arriba.
Ambos nunca habían tenido relaciones sexuales y les causaba nervios no hacer algo bien.
Eddie estaba totalmente enamorado de ti, tu cuerpo, tus ojos, tus manos, tus piernas, tus caderas, cada parte de tu cuerpo hasta la pequeña imperfección que tu odiabas.
Estaban sentados en tu cama platicando muy animadamente pero el chico de cabello rizado y ojos brillantes se centro en observar tu pecho cada vez que reías. La manera en la que tus pechos se movían cada vez que soltabas la carcajada estaba provocando algo dentro de él que quería tranquilizar, tus labios comenzaron a llamar demasiado su atención, sentía poco a poco como la temperatura comenzaba a aumentar.
Nervioso comenzó a moverse intentando alejar la atención de tus pechos y de tus labios, pero era inevitable.
Siguió hablando pero cuando te pusiste de pie y caminaste hasta el pequeño tocador y no pudo evitar no ver tu trasero, aquello fue demasiado.
Había soñado con tomar tu pequeño cuerpo y tocar cada pequeño rincón de tu cuerpo, si le daba algo se miedo o vergüenza pero esta vez el deseo y la excitación le estaban ganando. Esta vez él no se detendría, y tú tampoco, estabas ansiosa de tenerlo sobre ti.
Habías notado la manera en la que veía tu cuerpo y algo dentro de tí se encendió, realmente querías sentirlo sobre ti.
Ambos ya estaban preparados.
No dió tiempo de asimilar las cosas cuando ya estabas bajo de él acostada en la cama con Eddie devorando tus labios intensamente acariciando tus piernas suavemente.
Tu realmente disfrutabas del beso, tus manos fueron rápidamente a su abdomen el cual estaba desnudo, la piel de Eddie era demasiado suave. Trazabas cada línea con tus dedos, algo tierno que Eddie disfruto.
Se alejó de ti jadeando, se alejo un poco viendo directamente tus ojos brillosos.
ー Si quieres que me detenga solo dilo ー acarició tu mejilla suavemente esperando tu respuesta.
ー No te detengas Eddie, hazme tuya.
Esas palabras fueron lo que necesitaba escuchar, todo el miedo y vergüenza quedo en el olvido. Se desnudo frente a ti quedando solo en bóxer. Tu de igual manera quitaste tu ropa lo más rápido que tus manos te lo permitían. Al ver tu cuerpo, cada detalle de ti era como ver una obra de arte ante los ojos de Eddie. No espero más y te detuvo antes de que tú brassier saliera volando por la habitación.
Con su dedo recorrió tu cuerpo desde tus labios, trazando una línea medía hasta el elástico de tus bragas, las fue bajando lentamente. Quería experimentar algo de lo cual siempre escuchaba hablar a sus amigos pero creía que aun no era tiempo, no es su primera vez.
Volvió a quedar entre tus piernas y su bulto ya notorio rozó con tu centro, era una experiencia nueva para ti y sentiste como tu cuerpo reaccionaba con una corriente de placer a tan solo ese toque descuidado.
Te miro directo a los ojos los cuales estaban brillosos y podías ver a través de ellos lo necesitado que estaba.
Tenías miedo, curiosidad y nervios, recordaste los condones que estaban en la mesita. Le hiciste señales con las manos que el capto y se acerco para sacar la caja de condones con una sonrisa pícara pero tienes bajo su bóxer dejando libre su erección, quedaste sorprendida al ver el tamaño y sentías cierta incomodidad.
Los nervios de ambos aumentaron y volvió a colocarse entre tus piernas, abrió el condón lentamente con las manos temblorosas y lo colocó suavemente sobre su erección notando que lo estuviera colocando de la manera correcta.
Al hacerlo se recostó apoyándose se sus brazos y quedar a la altura de tus ojos.
Era raro hacer aquella rutina, era algo nuevo oara ustedes. Cada movimiento era lento y al ser la primera vez no sabían que hacer.
Colocó su erección en tu entrada que estaba húmeda, diste un suspiro largo mirando directamente a los ojos de Eddie.
ー Necesito que me digas en que momento me detenga, ¿Si?
Tu cabeza se movió en manera de afirmación.
Sentiste como Eddie comenzó a entrar en ti, cerraste los ojos y apoyaste tu frente con la de él apretando sus hombros. Claramente era algo doloroso e incómodo. Solo se adentro lo suficiente como para esperar a que tus paredes se acostumbrarán a él.
ー Te quiero T/N de verdad lo hago amor.
Dió besos en tu frente antes de volver a moverse provocando que presionaras tu nuca en la cama soltando un gemido. Estaban disfrutando de las sensaciones nuevas que estaban sintiendo.
Los movimientos eran lentos y suaves, nada rudos. No quería lastimarte, quería que ambos disfrutarán.
El dolor seguía pero cada vez era menos, gemidos tanto de él como tuyos inundaban la habitación. Era tierno ver la manera en la que Eddie daba besos en tu rostro y soltaba pequeños cumplidos hacia ti.
Te quiero
Eres muy linda
Eres muy hermosa
Estaban cerca d orgasmo y cuando este llego tus piernas temblaban y Eddie detuvo sus embestidas y salió de ti muy feliz de que por fin había sucedido algo que había soñado.
Tal vez no era la gran cosa pero se habían entregado de otra manera más íntima que los uniría más.
Y tal vez no fue tan experto ni tan experimentado pero lo disfrutaron y con él tiempo y la confianza podían poco a poco irse abriendo uno con él otro.
Al terminar tiro el condón y se puso sus boxer ayudando a limpiar tus piernas y buscando nuevas bragas para ponerte y quedar acostados un rato más dándose cariños, con una sonrisa enorme en sus rostros felices de que habían compartido algo con ma persona que amaban.
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