9. Instinto de Supervivencia.

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Brith.

     Unos minutos antes…

     El viento soplaba fuerte, mi cabello moviéndose enloquecido por ello y aun así no me importo, lo aparte de mi rostro para seguir caminando, las luces en el interior de la piscina iluminando y haciendo ver el agua cristalina.

     Los truenos se escuchaban, iba a llover con bastante fuerza, el resto aún permanecía dentro de la casa interrogando a Jadeen quien parecía estar enloqueciendo con esto del asesinato, sinceramente no lo culpo, sabía que perder a alguien cercano era duro y nunca estaremos psicológicamente preparado para enfrentarlo, pero hay personas que ni siquiera estamos preparados para enfrentar la realidad todos los días.

     - Deberíamos volver a casa. – la voz de mi hermana me hizo voltear a verla.

     Ella estaba a unos pocos metros de mí, con una mano dentro del bolsillo de su chaqueta deportiva, el cabello desordenado debido a la violencia del viento y en su otra mano un cigarro encendido.

     Si papá la viera la sermonaria hasta el cansancio, pero admiro de que ella pueda expresarse libremente frente a él y no tener que demostrar lo contrario de lo que es ante su presencia, en cambio yo ni siquiera puedo verlo más de un par de segundos a los ojos.

     - Esa no es mi casa. – gruñí cruzándome de brazos para seguir caminando alrededor de la piscina. – Ya te lo había dejado en claro hace mucho.

     El jardín estaba oscuro, parecía todo lo contrario a lo que había visto la primera vez que vine aquí, un trueno se escuchó fuerte, unos gritos provenientes de la casa, lo identifique como la voz de Fabián.

     No me sorprendía de que estuvieran discutiendo, toda esa jodida situación de hace un momento a cualquiera lo sacaría de sus casillas, no me preocupaba en entrar ya que tenía seguridad de que si Rylee pudo haberle quitado el arma a Jadeen con una facilidad increíble, por lo menos un tiro no se iba a escapar.

     - ¿Por qué no dijiste la verdad de lo que estabas haciendo realmente ese noche? – pregunte, Jacke se encontraba del otro lado de la piscina dándole una calada a su cigarro.

     Ella tomo su tiempo, antes de exhalar botando todo el humo por su boca. – ¿Y ganarme de enemiga a la princesita? No gracias, además, ¿no te diste cuenta de lo desquiciada que esta está gente? Es claro que ella con solo hacerle ojitos a Jadeen puede hacer que me vuele la tapa de los sesos.

     La vi incrédula y no pude evitar reír irónica. – Jackeline Andrade tiene miedo. – desde la distancia pude ver la mirada dura que me dio. – Haber que si te importa.

     - Deja de estar diciendo pendejadas, lo hice por ti y estoy segura que en el momento que me iba de boca a decirlo Fiorella era capaz de tomar el arma ponérmela entre los ojos y darme un pepazo que me mande directo al otro mundo. – espeto antes de darle otra calada a su cigarro.

     Puse los ojos en blanco antes de pasarme las manos por el pelo. – No necesito que estés pegada a mí el resto de mi vida. – ella ni siquiera le importo responderme, simplemente expulso el humo por su nariz. – No estas encadenada a mí, no somos un matrimonio, no necesito un guardián.

     Unos segundos de silencio nos invadió, escuchándose únicamente el rugido del viento mientras ella asentía.

     - Eso mismo dijiste hace más de un año. – eso me hizo cerrar la boca, mientras Jacke simplemente me observaba con su mirada oscura. – Si, bueno. Le prometí a papá que no dejaría que sucediera de nuevo.

     Bufé dándome vuelta para observar el oscuro patio, el sonido de un portazo se escuchó, recuerdos fragmentados de lo que sucedió esa noche del asesinato llegaron a mi mente y aunque me jodia mucho que Jacke tuviera la razón, sabía que debía contárselo y que me ayudara a evitar volver en aquel hoyo de porquería patética.

Hilos Negros ✓(Blood #1)Onde histórias criam vida. Descubra agora