25. Eventos Inoportunos.

4 4 0
                                    

    Rylee.

    A la mañana siguiente me levante confundida, normalmente me hubiera encontrado en mi habitación, pero estaba acostada en una cama que no era mía y enrollada en sabanas que tenían un aroma masculino. Desorientada me senté observando a mi alrededor para recordar cómo había terminado ahí, la luz del sol se colaba por las tres ventanas que estaban una al lado de la otra a cierta distancia en aquella extensa pared.

     Eche las sabanas aun lado levantándome, mis pies descalzos tocaron el frio suelo de madera y comencé a recogerme el cabello en un moño mal hecho, antes de bajar el escalón que servía de separación para la mini-sala que había en la habitación, me situé aun lado del sofá que estaba en medio y vi a Zack durmiendo.

     Estaba cubierto con una fea manta rosa que me hizo parpadear varias veces antes de removerle para despertarle, cuando sus ojos se concentraron en mí y comenzó a sentarse hablando con la voz ronca.

    - Buenos días. – en su tono aún se notaba la fatiga. - ¿Qué hora es?

     Ignore su pregunta porque seguía sin superar el tema de la manta. – ¿Zackary Thompson todavía tienes esa cosa? – dije incrédula señalando la tela de color rosa.

     Él la observo echando a un lado. – Es muy suave. – dijo en medio de un bostezo. – Y anoche hacia frio.

     Negué sonriendo, esa cosa creo que era más vieja que nosotros. Recuerdo haberla dejado aquí hace años cuando hacíamos pijamadas, pero que la conservase me sorprendió.

     - Levanta tu trasero plano, es hora de que me vaya a alistar para ir a la secundaria.

     (…)

     Forester High se identifica por su gran equipo de baloncesto, es el orgullo de los estudiantes a la hora de los partidos y la llaga en el culo del entrenador Miller, debido a que los jugadores no le respetan del todo.

     La temporada de partidos había iniciado, con ello ciertos eventos y club’s debían comenzar a poner lo mejor de sí. El club de baile contemporáneo había sido mi idea, una que me costó varios meses de suplicas, pero que al final conseguí.

      Todo fue por la frustrante idea de no ser admitida en el club de boxeo de Miller, por el simple hecho de que soy chica y blablablá. Eso era denigrante para mi género y las masas feministas, sin mencionar que ya a varios de esos tarugos les había partido la madre anteriormente y el entrenador los consideraba un peligro para mí.

      Así que al final yo hice mi propio club donde aceptaría a quien me diese la gana, sin importar color, sexo o apariencia. Lo cual me hacía sentir orgullosa, porque logramos desplazar al equipo de porristas para presentarnos en el siguiente partido, ya que el consejo escolar determino que seriamos el mejor apoyo para el equipo de baloncesto.

      Vete a tomar por culo promoción sexista.

     Sé que era algo hipócrita pensar eso considerando lo que hacía, pero la injusta tarea que me estaban haciendo cumplir no era cosa de mi propia voluntad.

     - Cinco, seis, siete y ocho. – conté comenzando a ensayar la coreografía con el resto.

     Lo bueno del baile contemporáneo era que no se necesitaba técnica, era un estilo libre donde podía crear mis propios pasos, me sorprendió que hubo una considerable cantidad de chicos que se inscribieron, algunos para ligar y otros porque les gusta.

     Esa tarde nos habíamos tenido que trasladar al gimnasio, ya que los de teatro tenían que alistar el escenario y toda la escenografía ya que tenían presentación hoy en la noche, aun así me parecía mejor y al mismo tiempo peor.

Hilos Negros ✓(Blood #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora