24. Secreto de Tres.

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Rylee.

     El tintineo de las llaves que habían en mis manos resonaban como una delicada música, le inserte en la cerradura la gire escuchando el seguro, la casa estaba en silencio y la entrada delantera era la única que no estaba bajo llave.

     La oscuridad de la noche abarcaba aquel descuidado patio, se había vuelto una selva por mi completo descuido, pero de solo pensar en comenzar a arreglarlo me causaba fatiga.

     Por los momentos tenia asuntos más importantes, como asegurarme de que la casa esté cerrada completamente para que nadie entrase. Solo esperaba a que papá llegase del trabajo, ya que la noche pareció haberlo agarrado en la constructora.

     Suspire, pegando mi frente a la puerta de madera, estos habían sido unos días completamente agotadores, entre la secundaria, el club, el trabajo y mi situación con aquel desquiciado, mis horas de sueño se habían recortado debido al estrés y mi cuerpo muchas veces estaba en automático.

    - Odio mi vida, odio mi vida, odio mi vida. – musite con los ojos cerrados, aunque sabía que eso no cambiaría nada.

     Me separe para seguir asegurándome de que todo estuviese en su sitio, como que la escopeta tenía que estar escondida en la alacena, el paralizador eléctrico camuflado entre las cosas de los estantes y un pequeño revolver que tenía papá entre sus cosas.

     Sí, me había vuelto una paranoica. Ni siquiera papá tenía en cuenta esas cosas, simplemente esto se había vuelto una lucha de supervivencia para huir de él, esto era luchar y sobrevivir o simplemente morir.

    Un sonido hizo hacerme saltar en mí mismo sitio, estaba tan atenta a todo que el mínimo sonido me alertaba, pero descubrí que solo había sido una notificación en mi celular que descansaba sobre la mesita frente al sofá.

     Lo tome para ver de qué se trataba descubriendo que había un mensaje de Zack, eso me pareció extraño, él nunca me escribía, pero decía que quería que me asomase en la ventana frente a su habitación.

     Medite unos segundo palmeando el aparato antes de por fin subir a ver, él estaba ahí parado esperándome, así que abrí la ventana para saber que quería.

     - ¿Qué sucede? – inquirí sintiendo el frio aire del otoño.

     - ¿Estás sola? – asentí. - ¿Me preguntaba si querías pasar la noche aquí? Así, como en los viejos tiempos.

     Por unos cortos segundos me quede pensando lo que dijo. – Han pasado muchos años, Zack. Ahora se vería algo extraño que me quedase a dormir contigo. – respondí.

     - ¿Desde cuándo te importa lo que digan los vecinos? – pude notar como se rio.

     - Nunca, pero no puedo. – me excuse.

     Zack me observo en silencio unos minutos, sus ojos entornados cuestionando esa respuesta tan vaga hasta que termine rodando los ojos.

     - ¿Por qué después de seis años? – hable negando. – ¿Qué te hizo hacer esa invitación?

    - Necesito decirte algo serio, por eso es que lo hago. – su respuesta me pareció lo suficiente genuina e interesante para cuestionarme si ir o no. – Venga, de pronto me tienes miedo.

     Yo no le tenía miedo, ¿por qué debería temerle? Yo misma era el monstruo que me atormentaba por las noches, a quien si le temía era a mí misma.

     - Está bien. – desistí alejándome de la ventana.

     Tome una hoja haciendo una rápida nota diciéndole a papá que estaba en casa de una amiga y la deje pegada en el refri, así que salí de la casa cerrando muy bien la puerta del frente, la calle oscura y desolada de aquel vecindario parecía de película de terror.

Hilos Negros ✓(Blood #1)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz