28. Nazis.

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Morgan.

     Las constantes quejas del teniente seguían y seguían, había pasado más de media hora con la misma mierda incesante, lo peor era que todo esto ponía en riesgo mi desempeño en la comisaria, porque estaba comenzando hacer que el hombre comenzara a cuestionar.

     Había pasado casi tres meses desde que se abrió el caso de Jean Carter y mis avances en este ante los ojos de mi superior habían sido nulos, solo teníamos las pruebas recogidas del cadáver por nuestra perito de mayor confianza, Reisha, y lo poco que encontramos en la escena del crimen.

     Me había esforzado día y noche, buscando hasta por debajo de las piedras, pero lamentablemente mi espía había sido manipulado, ya no sabía cómo entrar en la mente del asesino. Eran un estúpido chico de secundaria el cual me hacía perder los estribos al no poder entenderle y eso solo me indicaba una sola cosa, Rylee Spears era tan ingeniosa.

     - ¡Me estas escuchando, Morgan! – bramo el teniente captando rápidamente mi atención.

      - Sí, señor. – termine de responder aunque no había escuchado una tercera parte de todo lo que había dicho. – Le prometo que conseguiré algo cuanto antes.

      - Tienes un mes para eso. – su advertencia me hizo contener de suspirar. – Actualmente el repentino crecimiento en el mercado de la droga aquí está afectando más, asesinatos por manos de la mafia están creciendo y la violencia va en ascendencia.

     Termine por asentir como respuesta y fue cuando se dignó a dejarme ir de su oficina, de forma automática me dirigí a la puerta y cuando estuve afuera suspire por fin. La comisaria estaba con mucho más movimiento, el crimen había aumentado en un veinte por ciento y eso tenía a todos trabajando duramente.

     Ya hasta tenía que pedirle cita a Reisha para que me ayudase a sacar conclusiones, sus constantes investigaciones la tenían más ajetreada que el resto, ya casi y no paraba aquí.

     Comencé a caminar en dirección a donde se encontraba mi escritorio lleno hasta el tope de un montón de papeles, archivos y perfiles de varios casos que apenas y había podido resolver, sin embargo la carpeta que más me importaba se encontraba apartada del resto.

     Me pase las manos por el cabello castaño, esto me tenía al límite. Mis ojos viajaron hasta la pizarra acrílica transparente que tenía a un lado y por la cual había unido una serie de teorías en las cuales todas y cada una de ellas señalaban a Rylee Spears como mi mayor sospechosa, solo que ninguna encajaba con el perfil.

     ¿Cómo carajos lo había hecho?

     Parecerá una seria obsesión la mía por incriminarle, pero sabía que ella tenía que ver seriamente en toda esta situación, algo me indicaba que estaba hasta el cuello cubierta de todo esto y que por alguna razón no había rastro suyo en todo este crimen.

     Lamentablemente se me había sido retirado el caso de su desaparición  y le fue otorgado a otro detective, pero estaba seguro que esto pondría en serias consecuencias muchas cosas, no solo el caso sino también a la comisaria.

     Decidí ordenar un poco para ver por donde comenzaba esta vez, quizás me ayudaría a despejar mi mente y conseguir algo, una pista o una relación. Pero todavía no entendía como entraba Devora Brown en todo esto, según la confesión de Brithania Andrade ella vio esa noche a una chica de cabello cobrizo cerca de la habitación del crimen justo minutos antes y la única que encaja con el perfil que se nos dio es Devora.

      Aunque testigos afirman haberla visto a esa hora cerca de la piscina, no es posible que se encontrara en dos lugares casi al mismo tiempo y nadie recuerda a otra chica similar a la descrita.

Hilos Negros ✓(Blood #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora