Wanted [Monstober 2022]

2. Fangs.

Hi~ Hoy ha sido un día poco compasivo conmigo, pero quería subir el capítulo porque ahora sí le da pie al verdadero plot de la trama y al arco que introduce a los personajes principales del lado de Ash (es decir, Max y Griff). Dejo una pequeña notita al final antes de mañana pero eso es todo, gracias por el apoyo la aceptación.

Espero les guste.

El cinturón de Marvin golpea la mejilla de Ash.

¡Zas!

Un resqueme de sangre no tarda en inundarle la boca, su mandíbula quema y al moverla cruje, como si el golpe hubiera sacado a sus dientes de su lugar, pero no tiene miedo ni retrocede, bien sabe que hay cosas mucho peores que un hombre puede hacer cuando se saca el cinturón además de pegarle, así que se mantiene con una sonrisa entretenida en el piso de la bodega, provocando que la ira tome todo el rostro grasiento y desagradable de Marvin, el cinturón se tensa entre sus dedos obesos como salchichas y lo vuelve a amenazar. Pero no siente nada cuando lo golpean, irónico ¿cierto? Se supone que uno de los encantos de los sumisos es disfrutar del dolor, debería gustarle, es una superestrella.

Pero bueno, Ash es un sumiso defectuoso, nunca le ha complacido el sufrimiento ni seguir comandos de dominantes, por eso mismo Golzine se obsesionó comparando su naturaleza salvaje con un lince.

¿Cómo le dijo?

—Así que no se puede domesticar a un lince, nunca serán buenas mascotas.

Pero aun así lo mantiene por capricho.

Ja.

—No mantendrás esa sonrisa de satisfacción durante mucho más tiempo. —Marvin hunde los dedos hediondos en el cuero cabelludo de Aslan, se ha inclinado para tenerlo frente a frente, su aliento es tan desagradable que francamente podría vomitar—. Papa nos ha dado permiso para castigarte.

—¿Eh? —Marvin lo acerca aún más, Ash traga duro, su collar se siente como si hubieran colmillos al otro lado del oro negro, apenas puede respirar, está mareado pero no se debe a la naturaleza de los secuaces de cuarta que lo han secuestrado puesto que ninguno es dominante, la gargantilla de Dino lo protege en ese sentido además, es sumiso marcado—. ¿Entonces, qué esperas para castigarme?

—No me desafíes, mocoso. —Tira su cabello—. Tenemos toda la tarde para divertirnos.

—No creo que Dino te haya dado tanta libertad.

—Te he dicho que lo trates con respeto. —Sus dedos se hunden aún más profundo en su cabello, le duele aunque se supone que el dolor es agradable para su casta—. ¿Qué? ¿Acaso te excita lo que te hago, sumiso? —Odia la forma tan despectiva en que lo escupe.

—Un barril de grasa como tú no podría excitar a nadie.

—¡Tú! —Tira aún más fuerte y Aslan sonríe—. Si no tuviéramos que regresarte con vida acabaría en estos momentos contigo.