22. Cursed.

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Hi~ Quedé demacradisima, agotadisima y chupadisima luego de la clase de hoy, pero no completamente destruida porque este capítulo como les comenté es de mis favoritos en relación al desarrollo personal de Aslan, toca temas muy importantes y marca en paralelo el inicio del gran conflicto final (que mañana van a cachar mejor con Eiji). Mil gracias por leer.

¡Espero que les guste!

Aslan nunca se consideró a sí mismo dentro de los parámetros esperables, poseer una vida "normal" fue algo que se alejó de su cabeza cuando entendió que mientras los demás niños estaban yendo al colegio o juntándose con sus amigos después de clase...

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Aslan nunca se consideró a sí mismo dentro de los parámetros esperables, poseer una vida "normal" fue algo que se alejó de su cabeza cuando entendió que mientras los demás niños estaban yendo al colegio o juntándose con sus amigos después de clases, él filmaba películas pornográficas y satisfacía a sus clientes con sus encantos. Desear una vida cotidiana se esfumó progresivamente junto al tenue recuerdo de Griff en Cape Cod, metió en una caja fuerte todo lo que implicaba ser «Aslan» y la arrojó dentro del océano salvaje que era el inconsciente, esperando disociarse de su identidad al punto de olvidarse de quién fue alguna vez. No pasó. Hiciera lo que hiciera o incluso si atestaba su caja fuerte con memorias tan pesadas como cemento la marejada siempre la traía de regreso a la orilla, siempre venía medio abierta y aun así, siempre parecía más pesada que la vez anterior.

Supone que sí pudo ser normal en ese sentido a pesar de su extenso repertorio de traumas.

—No quiero salvarme a costa tuya.

«Tu vida es importante, Aslan».

Aun así, admite que hay algo en que no es normal: Ash no le teme a la muerte. Cree que los humanos son raros, no comprenden la muerte pero le temen por instinto. En muchas ocasiones él pensó que la muerte sería la mejor opción, la idea de morir le parecía tentadora y apacible. De hecho, Aslan se solía comparar mucho a sí mismo con el cadáver de leopardo que aparece en un libro de Hemingway porque tendía a equipararlos y por ende, cuando pensaba en su muerte recordaba a aquel leopardo.

¿Por qué escaló tanto la montaña? ¿Se perdió cazando a una presa hasta que llegó un punto en que no podía volver? ¿O subió y subió, poseído por algún instinto y se desplomó intentándolo? Él piensa en qué dirección estaba su cadáver.

¿Estaba intentando bajar?

¿O subir más alto?

De cualquier manera, ese leopardo sabía que nunca volvería y Aslan pensaba que tampoco volvería al momento de morir, menos considerando que murió protegiendo a Eiji, misión cumplida. Aun así...

—Por favor, no me dejes. —Aun así recuerda los ojos angelicales de Eiji repletos de lágrimas cayendo y cayendo encima del rostro de Ash mientras lo sostenía contra su pecho e intentaba detener gracias a un torniquete improvisado el desangramiento y lloraba llamando a urgencias—. ¡Ayuda, por favor!

Eiji.

Lo siento por no poder quedarme a tu lado.

—Todo estará bien, solo mantente despierto. —La boca de Eiji temblaba mientras sus suaves palmas acunaban sus mejillas para que lo mirara, Aslan quería reconfortarlo y limpiarle la pena porque sabía que no valía el dolor, pero su cuerpo no respondía y estaba agotado—. Te prometí que me quedaría para siempre a tu lado.

Wanted [Monstober 2022]Where stories live. Discover now