"Capítulo 13"

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Habían pasado cerca de 10 minutos, cuando un dolor en su espalda comenzó a molestarla.

Aunque a decir verdad era mas como ardor, comezón y solo en dos partes, las cuales parecían formar unas pequeñas líneas, y que se encontraban bajo sus hombros, justo donde se doblan los brazos.

Está molestia había comenzado hace unos días, James no creyó que tardaría más, puesto que antes eran menos dolorosas. Pero ahora estás estaban comenzando a causarle más molestias que antes.

James se puso de pie, quitó su camiseta y se apresuró a estrecharse contra la pared.

En cuánto su piel entro en contacto con el frio de aquel metal, sintió de inmediato un gran alivio. Fue casi como tirarle agua al fuego, o al menos fue como lo sintió. Poco a poco el ardor fue disminuyendo, al igual que la comezón, y el dolor también desapareció por completo.

Piip

La puerta se abrió dejando ver a dos guardias parados lado a lado de esta y al estúpido Mayor en medio. Los tres esperando a James para su castigo.

La peli-gris puso de nuevo su camiseta y con las manos atrás se acercó a los chicos.

El mayor la miraba con una gran sonrisa dibujada en su estúpida cara.

Era muy obvio cuan superior se sentía en ese momento, y cuántas ganas de lastimar a James tenía.

En ese momento la menor pensó sobre que pasaría si ella habría la boca, contándole a los superiores todo lo que él hacía a sus espaldas. El y todos sus amigos.
De seguro caerían una clase más abajo, talvez los podrían a limpiar coches o alimentar a los animales, de cualquier manera era muy seguro que los aplastarian.

Podría hacerlo en cualquier momento, podría hacerlo ahora y salvarse de su castigo, pero ese no era el plan de James. Si ella habría la boca en ese momento, lo más seguro es que lo despidieran y él se fuera a otro lugar a hacer de las suyas nuevamente, entonces si él se iba, tendría que buscarlo, lo cual le llevaría más tiempo. Sin embargo, si se esperaba un poco más, solo un poco más, entonces lo encontraría dónde lo dejo y podría matarlo con sus propias manos.

James sonrió al ver su cara imaginándose cuánto rogaría por que lo dejara vivir.

Y por supuesto, no iba a hacerlo.

El hombre al notar que ella no parecía asustada en lo absoluto, borro la sonrisa que tenía.

–Muy pronto esa estúpida sonrisa Será borrada de tu cara. –escupió con cierta rabia al ver que no le tenía ni un poquito de miedo.

–Me podrás quitar la sonrisa, pero a ti… nunca se te va a quitar lo inútil.  –Contra-atacó burlonamente en su cara, la cual por cierto no podría estar mas roja por la ira.

El tipo la sujeto fuertemente de las manos, apretó más las esposas, tanto que casi no pasaba la sangre y la estaba lastimando, luego la empujo fuera de la celda.

Caminaron por los pasillos hasta llegar a el salón que usaban para dar indicaciones he informes. Ahí se podían reunir hasta 1000 personas, por ello era el lugar perfecto para su gran espectáculo.

En el lugar se encontraban ya los cadetes reunidos, todos los que pudieron entrar, ahí estaban ya, listos para su lección de modales. Allí incluidos estaba sus amigos y él muchacho por el cual ella estaba ahí de pie frente a todos.

El Mayor subió a James al escenario, como si de un famosos se tratara.
Abajo las murmuraciones no se hicieron esperar.

Para la mayoría por no decir todos, fue una inmensa sorpresa el verla de pie allí, a punto de ser castigada por desobedecer una orden. Pues era bien sabido que tanto sus compañeros de la clase B como ella, no cometían errores y mucho menos desobedecían ordenes.

Mestizos (Unión De Mundos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora