Mestizos (Unión De Mundos)

"Capítulo 19"

Llegaron hasta el coche sin problemas.

Lo que quedaba era subir, esconderse, pasar las primeras dos estaciones, bajar antes de la tercera y finalmente caminar hasta el cerco, ahí era donde debían correr, pues para ese punto los guardias ya se habrían dado cuenta de que alguien está saliendo de la fortaleza.

No tendrían mucho tiempo, así que debían correr lo más rápido posible, evitar que los atrapen y saltar la cerca. Una vez fuera de allí lo único que debía hacer era tomar el coche que estaría aparcado en la carretera, dónde James ya sabía. Llegar hasta el barco comercial y salir del país, llegar a los Estado Unidos y tratar de esconderse hasta tener un plan verdadero, una vez allí, buscarían protegerse y se prepararían para la guerra que ellos mismos iban a comenzar.

Muy fácil no es verdad…  Bueno, comencemos.

***

Era justamente las 2am cuando llegaron al punto definitivo. Ahora ya no había vuelta atrás. Al menos no para los 5 chicos.

Derek fue quien comando la Misión, pues James no estaba del todo bien, la sangre que perdió y los problemas que su cuerpo estaban presentándoles la hacían no estar concentrada.

–muy bien chicos, en cuanto el coche se apague, salimos corriendo lo más rápido que podamos hacia el sur, porque para este momento ya deben saber que no estamos.

–Es verdad, la ronda de la 1:00am ya debió haber avisado, tenemos como mínimo 50 minutos de ventaja, y a pie, esto será muy complicado.

–Derek, ¿tienes los controles? –pregunto James al mayor.

Los controles eran con los cuales activaban los interruptores del cuello.

–Los tengo.

–Bien, saca el chip rojo de cada uno y destruyelos.

–Espera ¿Qué? Sabes que sin eso nos quedaremos sin poderes, no llegaremos lejos. –Nuevamente Iván diciendo cosas que no comprendía.

–No llegaremos a ningún lado con eso activado, tienen chip de rastreo tarado. –Soltó Lena algo irritada por todas las tonterías que su amigo decía.

–Ella tiene razón, eres un baboso. –la apoyo Robert.

–Ya, ya lo siento.

Todos rodaron los ojos, ya estaban algo acostumbrados a su raro comportamiento.

–Bien, sigamos. –dijo la menor cambiando el tema. –Llegamos a la zona, subimos al barco y estaremos fuera. Ok.

Los chicos asistieron.

Minutos después. El camión se detuvo a 1 kilometro de donde se encontraba la última caseta de revisión, el motor se apagó y los chicos comenzaron a bajar. Cada uno tenía una mochila, Derek movió la cabeza indicándole al joven que podía seguir, mientras ellos salían por el camino ya trazado. El camión se unió a los demás, mientras ellos desaparecían en la maleza.

–¡Vamos! ¡Vamos! –Decía Derek.

Todos los chicos salieron corriendo, Derek en el frente dirigiendo y James hasta el último, cuidando…

La noche era fría, el viento soplaba fuertemente y la nieve caía como si de agua se tratase. Tanto que incluso las huellas se borraban en cuestión de minutos.

No había tiempo de detenerse, no había tiempo de quejarse de las heridas o del frío, no había tiempo de quejarse por el frío. Debían seguir, debían avanzar y esperar llegar antes de que ellos los atraparan.