IN THE WAR [JUNGHOPE]

El este

Jungkook no solo había planeado que llegarían al este, también estableció el camino más conveniente para que los dos ingresaran a las tierras sin ser vistos, registrados y recibidos por los guardias reales del reino.

Hoseok había ignorado lo problemático que habría sido para ellos el tratar de ingresar por la frontera oficial, los altos muros de piedra que separan al este de los reinos vecinos. Porque no solo hubieran sido rodeados por el ejército real, quienes los habrían llenado de preguntas sobre su intención de ingresar a sus tierras, sino que probablemente hubiesen sido reconocidos, Hoseok no está seguro del todo con Jungkook, pero referente a él y su estatus como príncipe del sur, su presencia simplemente no hubiera pasado desapercibida y dado que su estado no es el mejor, con los harapos extraños y reveladores que lleva de ropa, ni rastro de los hanbok hechos a su medida, cuyas telas siempre resplandecen con el color representativo de su reino, eso sumado a que no ha desembarcado de un carruaje ni es acompañado por sus caballeros y servidores, seguro que desconcertaría y alarmaría al ejército real, llevándolos a imaginar los peores panoramas posibles de la razón por el que el hermano de la emperatriz del sur está a las afueras de su reino luciendo como un desastre, y luego, incluso cuando probablemente les hubieran abierto las puertas para qué ingresarán a sus tierras, por la buena relación que el este y sur han mantenido, y todavía si los hubieran llevado con su rey, el rumor de que algo le ocurrió al príncipe del sur se extendería en todo el reino.

Entonces si, cuando Jungkook le dijo que los alrededores del bosque por el que entrarían al sur está en gran medida deshabitado, siendo tierras olvidadas, dejadas atrás por los aldeanos cuando comenzaron a temerle a los animales que habitan el bosque, él estuvo agradecido con todos los dioses e incluso alabó a Jungkook llamándolo genio por haber pensado en lo que él no pudo, totalmente convencido de que en el camino podrían ingeniárselas para llegar a seokjin desapercibidamente.

Él había imaginado como sería llegar al reino del este, incluso estudio en su cabeza lo que le diría a Kim Seok-Jin cuando esté le preguntara por su hermana. No obstante, tanto Jungkook como él definitivamente fueron tomados desprevenidos, porque cuando salieron del bosque e ingresar a las tierras del Este descubrieron que estaban siendo esperados.

Un carruaje del reino detenido en la entrada de las tierras con dos guardias cuyos símbolos en el pecho indican que rigen las órdenes del rey.

¿Cómo sabrían que ellos llegarían aquí? ¿Acaso Dak-ho de alguna forma descubrió que estaban vivos? ¿Cómo incluso concretaron que estarían en los límites del Este hoy? No hay forma alguna de que kim seokjin haya descubierto por su cuenta que Jungkook y él escaparon del sur por el río de la ruina intentando salvar sus vidas, no habría podido enterarse por si mismo porque todo ocurrió tan repentinamente que Hoseok ni siquiera pudo encargarle a uno de sus hombres la labor de enviarle una carta al rey del Este para contarle los hechos, advertirles o pedirles ayuda, entonces ¿Quién le informo?

Hoseok apretó la tela de su blusa y busco la mirada del leopardo a unos centímetros de él, preguntándole en silencio que hacer. Jungkook no lo mira, en cambio, enfoca sus ojos en los dos guardias que se acercan lentamente, no lucen hostiles, ni siquiera llevan armas, al menos no que sean visibles, y de cierta forma le recuerdan a los agradables guardias que cuidaban su reino; Jungkook dijo que en el este los ayudarían, pero todavía cuando el emperador Kim irradia amabilidad y honestidad, aun cuando se supone que sus dos reinos son aliados, la incertidumbre de lo que sucederá a continuación se vuelve cada vez más pesada en su cuerpo.

¿Qué harán si el Este está en su contra?

Los dos hombres llevan el casco dorado puesto, ensombreciendo sus rostros, apenas permitiéndoles distinguir sus ojos y boca, con la armadura de igual color cuyo metal de material brillante tintinea mientras caminan.