enemy

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"No es obvio" Manos escurridizas alzan su capa, Hoseok se retuerce intentando zafarse, pero alguien agarra sus muñecas por delante de su cabeza. Él escucha la tela de su hanbok ser rasgada, entonces aprieta sus párpados y entre la obscuridad de sus ojos cerrados, lo primero que ve es a Jungkook, al pelinegro que le sonríe tímidamente con su cola blanquecina moviéndose detrás de él.

Hoseok hunde su rostro en el suelo, en la arena rústica que raspa sus mejillas, sintiendo una mano en su espalda, una que se desliza hacia abajo, sobre sus vértebras, con una intención que le asquea.

En secreto anhela probar los labios de Jungkook de nuevo, desearía haber tenido el valor para hacerlo antes cuando lo tuvo a su lado, pero claro, él no lo hizo y cuando aquellas manos se posan en su cadera, susurrando pesadillas en su cuello, lo único que logra hacer es imaginar que está en un lugar en donde es feliz, sin embargo, antes de que pueda hacerlo un sonido se abre paso en el lugar, es como un trueno, rasga el aire con agresividad, sobresaltando a todos. Es un gruñido tosco y estruendoso, el sonido que haría una bestia al ver a su familia en peligro, es una advertencia, una amenaza para el que lo oiga y lo hace estremecer, intentando, inconscientemente, protegerse de la furia de dicha bestia.

Hay silencio, pero Hoseok sabe que es el fantasioso segundo de calma que se vive dentro del ojo del huracán.

Él aprieta con más fuerza sus ojos, escuchando el traqueteo de huesos siendo partidos y moldeados, luego se oye el forcejeo entre animales, los aullidos de dolor, las maldiciones, los mordiscos y movimientos bruscos contra el suelo, los gritos desesperados y toda clase de sonidos que finalmente provocan tantos vuelcos en su interior que cuando menos lo supo las lágrimas ya están deslizándose de sus ojos.

En algún momento las manos en su espalda se han ido. Incluso cuando desesperadamente lleva sus manos hacia sus orejas de ciervo para bloquear el horripilante sonido a su alrededor, el ruido aún se filtra, todavía puede escuchar el sonido hueco de garras abriendo la carne de otros junto a los gritos que le siguen.

Hoseok no es capaz de moverse, no por la herida en su tobillo, sino que él es incapaz de reaccionar. No quiere ver más sangre y dolor, no quiere girarse para verse de frente con la muerte.

Él tiembla por las manos que abrazan sus hombros, casi entrando en pánico hasta que escucha la acuosa voz de Jimin "Hyung" él llora, abrazándolo y es allí cuando Hoseok se derrumba, enterrando su rostro en su cuello y dejando que las lágrimas se derramen sin consuelo.

El forcejeo persiste a la distancia, crispando sus orejas y erizando su piel con temor, él se aferra con más fuerza al rubio que se siente débil entre sus brazos. Probablemente, se desmayará pronto, quizás Hoseok también lo haga.

Cuando la pelea cesa y los pasos se aproximan hacia ellos, Hoseok está seguro de que este es su final. Él tiembla de puro rencor y odio cuando hay brazos uniéndose a su cuerpo y al de Jimin, pero es cuando la voz suave de Jungkook invade sus oídos que todos los putrefactos sentimientos se evaporan de su cuerpo mientras el alivio lo llena.

Hoseok se sienta con piernas amedrentadas que punzan al ejercer presión sobre ellas, no obstante, él se olvida fácilmente del dolor al zambullirse en los brazos abiertos del pelinegro, él se aplasta contra el cuerpo lleno de cenizas y sangre, enredando sus brazos contra los hombros del leopardo, siendo recibido por manos cálidas que hallan su lugar en su cintura, besos suaves que son repartidos en su cabello.

"¿estás bien?" de la voz de Jungkook emerge angustia y miedo, sus cuerdas quebrándose al final de la oración, dando la impresión de que el pelinegro podría estar al borde del llanto. Hoseok aparta su rostro del cuello contrario y allí, frente a Jungkook, es recibido por dedos afables y temblorosos que limpian sus lágrimas, las que siguen saliendo sin cesar.

IN THE WAR [JUNGHOPE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora