Capitulo 19

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—Puede que sea nuevo pero no me fiaría por completo, si deseas darle el 25 % de tu ganancia, pues verá. Pero ni mi padre ni yo daremos nada y mucho menos nos involucraremos con un desconocido que dice ser justo.— El alfa contesta y se sirve otra ronda de tragos cortos esperando una respuesta del omega, quería dejarlo como mal experimentado por su propuesta.

Los nuevos compradores atentos al castaño esperaban ver las grandes características de las que hablaban muchos líderes. De como un omega al tratarse de asumir el mando, su corazón se apagaba mostrando su verdadera naturaleza.

—¿Y quién dijo algo sobre darle mi dinero? Sabes como trabajo Samuel. Después de conseguir la mercancía a mi nombre y en mis manos... lo mató, a mi nadie me engaña y mucho menos me roba. Todas las cocinas que tenga seran mías, no solo me quedo con los laboratorios sino con los nuevos porcentajes que negociará a otros compradores. La ganacia seguirá intacta para todos y obtendremos mucho más de lo planeado en los siguientes meses.

Todos los presentes sonrieron ante la idea perfectamente argumentada, no había duda que el omega sabía lo que hacía y lo que conseguría con solo mover algunos hilos.

El viejo beta suelta un risa mientras lanza aplausos deleitado. —Eres todo un de la Cruz hijo, tienes la misma mente de tu padre, tan parecido a él; pero por suerte saliste caribonito como la mamá ¿cierto?

Con el buen ambiente generado desde un comienzo, el omega disfruto mucho más cuando Octavio saco tres maletas llenas de billetes, producto de viajar y negociar con otro un cartel por Cuba meses atrás. El olor a dinero lo emocionaba, era el sabor de la victoria que esperaba después de cada reunión con betas y alfas desagradables en su mayoría, los millones que se llevaba eran el incentivo de seguir incrementando sus ganas de más.

La ambición.

—Veo que estas haciendo buenos tratos en Rusia, Alexander.— Agrega el beta con cuidado para no ser malinterpretado, el omega lo entiende bien al estar seguro de a que se refería, ambosultamente todos tenían una opinión que dar.

Y de ser negativa, no se atreverían a siquiera mencionarlo por su chocante y difícil personalidad al ser provocado..

—Sí, así es. Tengo buenas ganacias y compradores por allá.— Miente con un ligero avispo de brusquedad, dejando claro que quería el tema fuera de sus bocas. El alfa al frente suyo frunce más el ceño y libera un olor amenzante a su afirmación. Alexander decide ignorarlo cuando los señores siguieron hablando.

Dejando algunas indicaciones extras al saber que pasarían dos meses para la siguiente reunión, Alexander se despidió de todos ellos al terminar el brindis. Los betas se levantaron de sus asientos con mucho orgullo al saber que al finalizar cada nuevo negocio no solo tendrían dinero asegurado sino que celebrarían con un nuevo omega en la cama, típico y desagradable de apreciar.

—Que el Chino entre y cargue las maletas.— David se mueve cuando Alexander estira sus hombros al ver como el resto se retiraba con hombres y mujeres en los brazos. —Antes de regresar necesito que pasemos por...

Se sorprende cuando su muñeca fue jalada interrumpiendolo, casi contesta con fuerza cuando apreció al alfa restante en la habitación. Samuel lo estaba sujetando para que no se moviera.

—Hablemos, ahora.— Le ordena. David se queda en su lugar cuando Alexander le dice que todo estaba bien y hace un gesto para que se relaje. Los dos alfas parecían querer saltar sobre él.

El omega imaginaba cual sería el punto de inicio de la conversación, al conservar una mirada al borde de la desesperación por parte del alfa, niega agitando la mano para ser soltado. —No tenemos nada de que hablar que yo sepa.

Dominancia ExtremaWhere stories live. Discover now