Capitulo 23

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—Con mi hermana no huevón, te mataré.

Alexander no relaja los músculos ni por un segundo, el alfa abajo suyo era muy fuerte. Con una sola duda plantada en su cabeza perdería, lo sabía muy bien.

Con ambas manos apuntando al ruso por más que empujará simplemente no era suficiente, las manos del omega temblaban por el intercambio de presión. Viktor sin moverse sujetaba la cuchilla, la cantidad de sangre cayendo por el corte profundo y el peso sobre su abdomen complicaron la situación.

El castaño se tensa por los olores cercanos a las puertas entreabiertas de la habitación, los guardaespaldas personales del alfa no podían acercarse por la intensidas de las feromonas de ambos pero el instinto le aseguraba que se encontraban armados. El sonido ágil de ellos alinenando las armas fue rápido.

No asimilaba la reciente información, por mucho que tratara de entenderla no la comprendía. ¿Dos días? Tan inverosímil para Alexander creer que el alfa se movía a sus espaldas, mientras él descansaba con la mayor tranquilidad en su mansión.

—Tu tío me importa un carajo, me importa cinco si vive o muere a costa de alguien más pero la traición se paga con sangre imbécil ¿cómo explicas esta mierda ahora?— Viktor suelta un gruñido en advertencia, el lobo de Alexander tiembla por el peligro pero se mantiene intacto.

—Estas equivocado omega, esos ataques no me pertenecen.— contesta el alfa manteniendo la atención en el omega, Alexander frunce el ceño por su respuesta vaga e indiferente a sus preocupaciones, saltando más su enojo.

—¡¿Y yo como lo sé?! Fuimos claros desde un inicio y ahora todo se va al carajo, mi familia esta en juego y el único nombre al que hacen responsable de todo es el tuyo.

Viktor suelta un bufido al saberlo muy bien, el omega desconocia como se llevaban a cabo tales mandamientos como todos. —Si se tratara de un ataque mandado por mi, tu hermana ya estaría muerta. No dudes del poder que tengo para cumplirlo.

El omega duda momentaneamente, escucha las respiraciones ahogadas lejos de ellos desconcentrando sus ojos al girar. Nadie podía acercarse, las empleadas de servicio sofocadas desde muchos metros fue tan evidente al igual que los guardaespaldas.

Parpadea multiples veces encarando la frialdad del dominante, sus ojos azules no mostraban más que enojo al igual que los suyos, pero la persistencia en ellos esperando que más palabras de su boca salieran fue sobrellevante.

—¿Y esos rusos que? ¿salieron del mundo mágico de Narnia para culparte? No lo creo, no me creas estúpido alfa. — levanta una ceja asegurando que su cuerpo este bien posicionado para evitar que Viktor se levante, con la espalda en el frío suelo le estaba demostrando que el que quería respuestas era él.

No necesitaba más que la verdad.

—Puedes creer lo que quieras, pero el que tiene los medios para confirmar con totalidad a esos hombres involucrados soy yo, sin mí no eres nadie aquí. — Brama Viktor dejandolo callado al tener la razón.

La realidad de sus palabras molestan más a Alexander de lo que pueden explicar sus expresiones, acostumbrarse a ello era un fastidio.

—Suelta eso — Le ordena refiriendose al cuchillo, Alexander lo entiende rápido pero no es capaz de soltarlo y se aferra más.

Su boca habla por si sola cuando baja la intensidad de su aroma para una relajación de su persona pero en efecto contrario el asomo de los alfas a las puertas lo inquietaron.

—No.

Lo apuntaban directamente a la cabeza, una muerte segura con solamente una munición.

Scott hasta los hombres que se encargaron de cuidarlo en la mansión no estaban titubeando en hacer su trabajo, el lugar en el que estaba no le favorecía en nada, Alexander era un blanco fácil.

Dominancia ExtremaWhere stories live. Discover now