Capitulo 3

59 4 0
                                    

Pasa otro día más, estoy depresiva, porque ahora me da por esto. Tengo que hablar con mi abuela. Y pedirle consejo y que me hable de mi madre. Me visto y me recojo el pelo con una goma. Me pongo mis deportivas blancas, y me voy a correr hasta su casa. Nada más llegar, me abre mi abuelo. Enrique, es mi abuelo y siempre que me ve me sonrie, y me abraza muy fuerte. Tiene alzheimer y se piensa que soy su hija, solo que cuando le digo que soy su nieta se sorprende. Al llegar sale mi abuela con unas galletas de chocolate recién hechas por ellas. Huelen muy, muy bien. Se alegra de verme.

- Annie, mi niña!!- Tiene una sonrisa tan grande.

- Hola abuela!!- Le doy un fuerte abrazo y le digo que se siente.

- Que pasa Annie??- Dice con expresión de preocupación.

- Háblame de mi madre.

- Era como tu, igual de alegre. Le encantaban los libros. Y n...- Pone cara de que no se nada.- Da igual. - Da un sorbo a la tazita.

- Que no sé?

- No es nada.- Dice tranquilamente.

- Abuela, nos conocemos, que pasa?- Digo frunciendo el ceño.

- Que... no fue un accidente, fue provocado.- Se tapa la cara con las manos, y llora.

- Como!!??- Noto un retortijón en mi estómago. Es lo peor que me pueden decir.- Yo lo sospechaba, de quién abuela?

- N... no lo se. - Dice en sollozos.

- Andaban metidos en algo?- Pregunto enfadada.

- Tampoco lo sé. Algunas partes del coche que no se destruyeron se podía comprobar que los frenos se habían amañado. Pero... pensaron que no. Y yo por no darle más vueltas... Pues... No dije nada.


Me levanto, y digo adiós con la mano, y me coloco los cascos, debo salir de aquí YA, no se donde me dirijo. Ya sé a la playa. Está bastante lejos, pero creo que aguantaré hasta allí. Lagrimas que gotean por los suelos se deslizan por mis mejilla humedecidas. No puede ser. No, No Y NO!! Me indigno a creer eso. No puede ser. No... Ya no quiero ni fiestas ni nada. No quiero saber nada de dieciocho cumpleaños ni mierdas. Me quiero largar. Mañana lo haré, firmaré y me iré a otro lugar. Donde sea. Hablaré con Ulises, y que se lo quede todo, yo solo necesito un billete para largarme. No quiero seguir aquí es mucho ya. No puedo más. Al llegar me siento en la arena. Y veo que alguien se acerca porque hay una sombra, me giro, me limpio las lagrimas. Y lo veo, es Daniel.

- Que me sigues o algo?- Digo con rabia y le doy un empujón.- Dejame sola. Ok? Me oíste? Lárgate. Por favor.- Mi cabeza se llena de recuerdos y mi cara de lagrimas. Me abraza.

- No estás bien, no voy a dejarte sola.

- Si no... no me conoces...- Se ríe.

- Soy el hijo, del socio de tu padre.- Le empujo.

- Yo no tengo padre.- Digo con rabia.

- A no??- Dice sorprendido.

- No!!! Está muerto, y mi madre también joder. Lloro porque los hecho de menos, vale? - Digo y veo que se entristece.

- Y Pablo??- Dice con poca voz.

- Mi tío, compara los apellidos, Rosalindez con Garmendia. - Me coloco los cascos.

- Perdona... no lo sabía. Lo siento, siento lo de tus padres, y bueno ya sé tu apellido. Ahora me dices tu nombre?- Dice divertido

- Nop. Algun día lo sabrás pero ahora va a ser que no.- Me dirijo a irme.

Todo por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora