[ESTA HISTORIA ES UN BORRADOR]
Trabajar en una morgue nunca fue algo tan terrorífico como lo que Emily está a punto de vivir.
¿Estás lista para entrar a un mundo lleno de tentaciones?
¿Crees que conoces a la gente que te rodea?
¿Crees que te conoces...
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Me escuecen los ojos debido al cansancio. No recuerdo cuándo fue la última vez que dormí adecuadamente.
— Jayden, entro a trabajar en cinco horas — digo con carga de fatiga.
El salón está hecho un desastre, otro día más que pasa de fiesta con sus amigos. No sé en qué momento me enamoré de él.
Por alguna razón que mi cabeza no llega a comprender, siento que, así como lo odio, lo quiero, o al menos, quiero la sensación de estabilidad que me hace sentir.
— Entonces, no duermas — se ríe.
Los amigos siguen su broma, riéndose como borregos. Me causan repulsión. Suspiro, ruedo los ojos y me sirvo un vaso de agua para encerrarme de nuevo en la habitación.
¿En qué momento terminó mi vida así?
Me quedo un rato mirando el techo, dejando que poco a poco todo se vuelva oscuro, que Morfeo se encargue de hacer el trabajo que yo no puedo.
No tardo en ver una mano negra que aparece debajo de mi cama. Siento sus garras acariciando mi muslo desnudo. Quiero gritar, pero mi garganta no lo permite.
Su tacto es extrañamente placentero pero violento. El llanto se queda atascado en mi garganta, ahogándome.
La piel se me eriza, haciendo que mi cuerpo se envuelva en un frío abrasador. Siento los latidos de mi corazón dentro de mi cabeza y escucho mi respiración agitada.
Otra vez no, por favor.
— Dulce Emily — un susurro que parece de otro mundo acaricia mis oídos, haciéndome estremecer.
Mi corazón late con fuerza y mi vientre se contrae. No puedo moverme. No quiero sentir placer, no quiero disfrutar de esto y, aunque quiera negarlo, mi cuerpo quiere que lo siga acariciando.
Siento un dolor en mi entrepierna que no tarda en transformarse en placer. Una sensación de sensibilidad incómoda me hace abrir los ojos de golpe, con la respiración agitada. Jayden está a mi lado, dormido, y yo estoy completamente cubierta por la manta.
Un sudor frío baña mi frente y mi pecho sube y baja con rapidez.
Me levanto para ir al baño, tratando de no hacer ruido, aunque es estúpido. Jayden huele a alcohol, dudo que se despierte.
Enciendo la luz y me subo el pijama. Hay una marca roja que recorre mi muslo, pero no es un arañazo, ni me duele como un golpe, más bien parece un dibujo sobre mi piel.
¿Acaso ha sido real?
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𝘊𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘪𝘰 𝘥𝘦 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢
Si estás leyendo esto, y la historia te interesa, quiero volver a decir: tendrá bastantes momentos calientes, más de lo que estáis acostumbrados en mis historias, y las relaciones que voy a narrar son de una ética bastante cuestionable, mis finales no son bonitos o feos, son finales, los cuales a algunas personas les parecerá bien, y a otros no, evitad dejarme comentarios de odio, porque serán borrados.
Y ahora sí, disfrutad de esta historia tanto como las anteriores, con eso me haréis feliz.
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