[ESTA HISTORIA ES UN BORRADOR]
Trabajar en una morgue nunca fue algo tan terrorífico como lo que Emily está a punto de vivir.
¿Estás lista para entrar a un mundo lleno de tentaciones?
¿Crees que conoces a la gente que te rodea?
¿Crees que te conoces...
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'' Fue una estrategia estúpida mandarme a tu antigua sumisa, y a tu debilidad juntas, me ofende que menosprecies mi inteligencia, Vronuss.
Cruza el portal, y ambas mujeres serán entregadas sin cabeza, espero que pienses sabiamente en tu próximo movimiento
-Zane''.
Doblo el papel conteniendo la rabia, llevo días leyendo esta nota, sin saber qué cojones hacer o como actuar, la magnífica idea que tuvieron, obviamente, a mis espaldas, dos estúpidas, es lo que son, era obvio que se volverían amigas siendo iguales.
— Hermano — Rob entra a la biblioteca — no quiero presionarte pero... — odio los putos pero — la mitad de la ciudad está marchándose a Libidime, creen que no puedes defenderlos, y sinceramente, creo que si no actúas...
— ¡Actúa tú! — lo interrumpo golpeando la mesa —, eso es lo que hicisteis a mis espaldas, y ahora tengo que pensar cómo limpiar vuestra mierda.
Resoplo, pasándome la mano por el pelo, no sé qué hacer, tengo miedo, y no miedo de mi muerte, miedo de la muerte de ellas, no podría perdonarme perder a dos de las pocas personas que han confiado en mí.
— Puede que fuese una mala idea — me contengo las ganas de matarlo al escucharlo hablar —, pero entiende que tememos cada vez que dejas de pensar con la polla, sabemos que...
Me levanto, marchándome de la biblioteca sin escucharlo, lo último que quiero en estos momentos es escuchar otro sermón sobre cómo terminé cometiendo estupideces por amor, y lo tremendamente ciego que estoy por Emily.
Emily, una mortal que no ha hecho más que darme dolores de cabeza desde que llegó.
No ha estado ni un maldito día sin cometer una estupidez, en hacerme caso en ninguna orden, siempre actuando impulsivamente y pensando con su puto corazón, como si viviese en un cuento de hadas, con final feliz asegurado.
Salgo a la calle, observando, que, como Rob decía a penas hay gente paseando por las calles, si no actúo me quedaré completamente solo, y en una guerra, esa no es la mejor opción.
Voy a la sala del trono, bajando las escaleras hacia los portales.
— Ojos — los llamo, esperando que salgan de entre las sombras para verlos.
— Rey en problemas — la voz con eco llega del fondo.
— Necesito vuestra ayuda.
Una sombra aparece frente a mí, como un espejismo, observo la silueta de la capa que espera a que haga mi petición.
— Necesito que me ocultéis para ir a Libidime, que me lancéis sin pasar por el portal.
— Eso ser un esfuerzo grande — su voz suena más cerca —, necesitar tres hermanos.
