♛ CAPÍTULO 10 ♛

3.5K 278 158
                                    

Trato de no articular palabra mientras el rey me lleva a la mansión, no suelta mi brazo, ignorando las miradas curiosas de la gente que nos rodea

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Trato de no articular palabra mientras el rey me lleva a la mansión, no suelta mi brazo, ignorando las miradas curiosas de la gente que nos rodea.

¿Qué se supone que debo decir a alguien que me ha salvado tantas veces?

La puerta principal suena a nuestras espaldas, y solo en este momento siento el frío que me invade cuando deja de sujetar mi brazo.

— Rob — uno de sus hombres aparece por el pasillo, dejando ver algunos tatuajes en sus brazos, me veo obligada a levantar la cabeza para mirarlo a los ojos — prepara la habitación de la mortal.

El rey me mira por unos segundos, yo, en cambio, intercambio mi mirada entre los ojos verdes de Rob y la mirada oscura del rey, ambos me miran sin perderse detalle de mi reacción.

— Y cúrate eso — dice señalando mis piernas.

Posiblemente sea uno de los momentos más incómodos que he vivido nunca, me ha reclamado como su esclava, no sé que debería hacer o decir.

— Yo...

— Vamos — dice andando a través del pasillo.

Voy a sus espaldas, viendo las cicatrices en las zonas donde antes tenía dos alas, nunca me acostumbraré a esto, llegamos a lo que parece una biblioteca privada, no parece el tipo de hombre que se pasa días entre libros.

— A partir de ahora vas a ser inteligente, considero que puedes esforzarte — comienza a decir —, dirás que eres una sumisa, no esclava, ninguna de mis chicas usan ese término.

Se sienta en la mesa, yo me quedo en la puerta, sin levantar la cabeza y jugando con mis manos.

— Solo podrás ver a Raxi y tus amigos mortales — continúa —, por la noche estarás en tu habitación.

Trago saliva haciendo que un dolor recorra mi garganta, y lo miro, levantando los ojos.

— ¿Qué debo hacer como...? — digo con un hilo de voz.

El rey arquea una ceja mirándome con curiosidad, como si estuviera asimilando a que me refiero, hasta que, por fin, me regala esa sonrisa de arrogante ya conocida.

— No pienso follarme a una mortal.

Suspiro, tratando de tranquilizarme, me alegro de saber que no tendré que... 

— ¿Me quitarás la marca? — levanto al fin la cabeza.

— No.

Nos miramos en silencio por unos segundos, siento un ambiente incómodo en la biblioteca, hay tensión, es innegable, no le agrado, tan solo quiero salir de aquí.

— Genial — me giro para irme, tratando de mostrar mi mejor cara de descontento.

— No te he dado permiso para irte — su voz suena a mis espaldas.

PRESA DEL REY © COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora